Tal vez los niños pequeños no sepan mucho sobre lo que el obispo hace para brindarles servicio a ellos y a otros miembros del barrio. Usted puede ayudarles a apreciar el servicio que presta el obispo.
Si en su familia hay niños pequeños, o si sirve en la Primaria, aquí hay algunas ideas y actividades que les ayudarán a aprender sobre la asignación de esta semana de Ven, Sígueme.
Si durante la clase de la Primaria no utiliza todo el material, puede entregarselo a los niños para que lo compartan con su familia.
Un obispo puede tener una influencia fuerte y positiva en la vida de un niño o joven. ¿Qué puede hacer para ayudar a los niños a que vean al obispo como un representante del Señor Jesucristo?
Muestre a los niños la hoja de papel donde se encuentra escrito el nombre de su obispo o presidente de rama, pero no les muestre el nombre. Dígales que escrito en esa hoja de papel se encuentra el nombre de una persona que los ayuda mucho. Pida a los niños que hagan preguntas acerca de esa persona, que se puedan contestar con un “sí” o un “no” (como por ejemplo: “¿Es esa persona miembro de la Iglesia?” o “¿Es una mujer?”), para tratar de descubrir el nombre que está escrito en la hoja de papel.
Una vez que los niños hayan adivinado (o usted les haya dicho) el nombre, pregunte:
¿Cuáles son algunas de las formas en las cuales nuestro obispo (o presidente de rama) nos ayuda a vivir el Evangelio?
Diga a los niños que esta lección les hará comprender mejor lo que hace el obispo para ayudarnos a vivir el Evangelio y la forma en que podemos apoyar al obispo y a los demás líderes de la Iglesia en sus llamamientos.
Las responsabilidades del obispo Edward Partridge
A principios de 1831, casi un año después de organizada la Iglesia, muchas personas se habían unido a ella y congregado en Ohio, como el Señor lo había mandado. Con el crecimiento de la Iglesia, José Smith necesitó otros líderes para que lo ayudaran en la obra. La Iglesia enfrentaba serios problemas económicos (de dinero). Muchos de los miembros que se congregaron en Kirtland eran pobres, no tenían tierras ni dinero y estaban escasos de comida, ropa y demás artículos de primera necesidad. La Iglesia también necesitaba dinero para edificar un templo y para publicar materiales escritos, como las revelaciones y los folletos misionales. El Profeta mismo no tenía una casa ni la forma de mantener a su familia. Los demás líderes de la Iglesia, que prestaban servicio permanente en la Iglesia, necesitaban también ayuda para mantener a sus respectivas familias.
El Profeta le preguntó al Señor qué se podía hacer para satisfacer esas necesidades, y en febrero de 1831 recibió una revelación en la cual se llamaba a Edward Partridge, quien tenía sólo dos meses como miembro de la Iglesia, a prestar servicio como primer obispo de la Iglesia. La principal responsabilidad del obispo era ayudar al Profeta a satisfacer las necesidades físicas y económicas de los miembros de la Iglesia. José Smith recibió otras revelaciones en los meses que le siguieron que hicieron que el obispo Partridge supiera qué más debía hacer como obispo.
Al obispo Partridge se le pidió que suministrase comida, ropa y un techo a los miembros necesitados de la Iglesia (véase D. y C. 42:30–31, 34). Los miembros que tuvieran comida u otras provisiones de más, tenían que compartirlas con los que no tenían suficiente. El obispo Partridge recibió y distribuyó esas donaciones, guardándolas en un almacén donde los miembros necesitados podían ir a pedirlas.
Otro de los deberes que se le dio al obispo Partridge fue el de comprar y distribuir tierras para edificar casas para la gente y edificios para la Iglesia (véase D. y C. 42:35). Él sería también juez en Israel (véase D. y C. 58:17–18). Eso quería decir que, si un miembro de la Iglesia no guardaba todos los mandamientos, el obispo decidía si seguía o no siendo miembro de la Iglesia. Esa era una forma trascendental de ayudar a los miembros a guardar todas las promesas que le habían hecho al Padre Celestial.
En el año 1838, el Señor mandó pagar diezmos a los miembros de la Iglesia. La Iglesia utiliza los diezmos para hacer la obra misional, para construir y mantener los templos y los centros de reuniones y para publicar los materiales de las lecciones (véase D. y C. 119:1–4). Los obispos (y presidentes de rama) tienen la asignación de recibir los diezmos de los miembros de la Iglesia.
Cuando, a fines de 1831 los miembros de la Iglesia comenzaron a congregarse en Misuri, el Profeta llamó al obispo Partridge para que se mudara a Misuri y fuera obispo en ese lugar y a Newel K. Whitney para que fuera el obispo de los santos que habían quedado en Ohio. A medida que la Iglesia crecía, se llamaban a otros obispos para guiar a los miembros. Cuando se llamó al hermano Whitney, el obispo Partridge pasó a ser conocido como el Primero o el Obispo Presidente de la Iglesia. Él era responsable de todos los demás obispos. En la actualidad tenemos todavía un Obispo Presidente, pero hay muchos obispos que velan por los miembros de la Iglesia en todo el mundo.
Las responsabilidades del obispo · Juego de Memoria
Imprima las siguientes imágenes 2 veces para armar un juego de memoria. Lean Doctrina y Convenios 72:2, y explique que el Señor ha llamado a un obispo para que nos ayude. Muestre cada imagen a la clase para ayudar a los niños a comprender algunas de las cosas que hace el obispo para brindar servicio al barrio.
Disponga las tarjetas dadas vuelta sobre una mesa, o una pizarra y por turnos permita a los niños dar vuelta de a 2 para encontrar los pares.


Testifique que su obispo fue llamado por el Señor para ser Su siervo. ¿Por qué estamos agradecidos de que el Señor haya llamado a un obispo en nuestro barrio?
Ataques de Corazón para el Obispo
Ayude a los niños a hacer corazones para el obispo, para darle las gracias por lo que hace para ayudar en la obra del Señor.
Lleve a los niños a la oficina del obispo (quizás quiera coordinar esto con otros maestros). Describa algunas situaciones en las que tendrían que hablar con el obispo en su oficina (tales como una entrevista bautismal o el ajuste de diezmos). Hábleles de la forma en que el servicio que presta el obispo le ha bendecido a usted.
Peguen en la puerta del obispo todos los corazón que los niños prepararon.

Exprese gratitud por los primeros líderes de la Iglesia y por todos los sacrificios que ellos hicieron para establecer el reino de Dios sobre la tierra. Hable a los niños de lo que siente acerca del obispo y lo que él hace para ayudarle y para ayudar a otros miembros del barrio. Si lo cree conveniente, puede relatar un suceso en el cual un obispo le haya ayudado a usted, o a alguna otra persona que usted conoce, a vivir el Evangelio.
Aliente a los niños a pensar la manera en la cual puedan apoyar al obispo y a los demás líderes de la Iglesia en sus llamamientos.

Nosotros tenemos in presidente de rama, poderia cambiar la palavra “obispo” por presidente y mandarme el archivo por favor?
Me encanto !!! mil gracias
Gracias por la ayuda es valiosa para mí pues me ayuda. A prepararme para mis clases