Semana 1: Soy un hijo de Dios y algún día podré ser como Él.
Ideas del Bosquejo 2014
· Muestre a los niños varias imágenes de crías de animales (o los animales del pesebre) y pregúnteles qué llegará a ser cada animal (por ejemplo, un potro crecerá y llegará a ser un caballo). Muestre la imagen de un bebé y haga la misma pregunta. Explique que hay algo especial en el bebé que es diferente de las crías de animales. Canten juntos “Soy un hijo de Dios” (CN, págs. 2–3) y pida a los niños que presten atención para descubrir de quién somos hijos. Pida a un niño que lea Salmos 82:6 y luego hablen sobre lo que enseñan la canción y el pasaje de las Escrituras. En la pizarra, escriba: “Soy un hijo de Dios y algún día podré ser como Él”, y pídale a un niño que lo lea en voz alta.
· Invite a varios niños a que hablen sobre las formas en que sienten el amor de sus padres. Explique que el Padre Celestial también desea que sintamos Su amor. Exprese una manera en que usted siente el amor que Dios le tiene, y luego invite a varios niños a que den a conocer las formas en que sienten el amor que Él les tiene. Canten “Dios vive” (CN, pág. 8) y pida a los niños que hablen sobre lo que sienten al saber que Él es nuestro Padre.
Más Ideas:
· Canten “Soy un hijo de Dios” (Himnos, Nº 196; Canciones para los niños, pág. 2). Al mismo tiempo que le tira a un niño la bolsita de granos o el objeto blando, dígale: “Conozco a un hijo (hija) de Dios que se llama ” y haga que el niño diga su propio nombre, después de lo cual le devolverá la bolsita. Repita esta acción con cada uno de los alumnos hasta que todos hayan tenido su oportunidad.
· Poema «Mi Padre Celestial me conoce»
Mi Padre Celestial me conoce (señalarse a sí mismo);
sabe lo que me gusta hacer. Mi nombre sabe y donde vivo (unir las puntas de los dedos, formando un tejado).
Yo sé que me ama Él (poner los dedos a los lados de la boca sonriente)
Sabe lo que me pone alegre (poner los dedos a los lados de la boca sonriente).
y lo que me hace infeliz (poner los dedos a los lados de la boca con expresión de tristeza)
Sé que quiere ayudarme (señalarse a sí mismo) y eso me hace muy feliz.
· ¿Quién es el Padre Celestial? (Emplee las respuestas de los niños como orientación para explicarles esta parte de la lección de acuerdo con su nivel de comprensión.) Muéstreles la lámina 1–1, “El mundo”, y explíqueles que antes de nacer en esta tierra, siendo espíritus, vivíamos en el cielo con nuestro Padre Celestial; y que el espíritu es lo que está dentro de nosotros y nos da vida; que cuando éramos espíritus, no teníamos un cuerpo de carne y huesos como el que ahora tenemos, pero teníamos el mismo aspecto. Dígales que nuestro Padre Celestial es el padre de nuestro espíritu y que, por lo tanto, somos Sus hijos espirituales. Aunque no recordamos que vivimos con nuestro Padre Celestial antes de venir a la tierra, sabemos que somos Sus hijos espirituales porque las Escrituras nos lo enseñan.
· Para hacer hincapié en el hecho de que nuestro Padre Celestial nos conoce y se preocupa por cada uno de Sus hijos, haga que ellos terminen frases como éstas: “Mi Padre Celestial sabe que estoy triste cuando __________”, “Mi Padre Celestial sabe que estoy alegre cuando __________”, “Mi Padre Celestial sabe que lo que más me gusta hacer es __________”, “Mi Padre Celestial sabe que me gusta venir a la Primaria porque __________”. Siga haciendo lo mismo con distintas frases hasta que todos hayan participado.
· Explíqueles que nuestro Padre Celestial es el Rey del cielo y de la tierra y que, por ser Sus hijos, nosotros somos príncipes y princesas. Haga con anticipación una corona sencilla de cartulina para cada niño y escriba en cada una: “Soy hijo (hija) de Dios”. Deje que ellos las coloreen.
· Muestre una lámina de Moisés. Explique que Moisés fue un gran profeta que vivió hace mucho tiempo. Diga a los niños que Moisés fue a una montaña a orar. Invite a los niños a hacer de cuenta que están escalando una montaña; luego pídales que crucen los brazos como si estuvieran orando. Abra la Perla de Gran Precio en Moisés 1:4 y diga: “Dios le dijo a Moisés: ‘He aquí, tú eres mi hijo’”. Explique que Moisés aprendió que era hijo de Dios. Ayude a los niños a realizar los movimientos apropiados para el verso siguiente, mientras usted dice las palabras:
«El pequeño Moisés»
El bebé Moisés en un barquillo durmió (Hacen canastita con la mano izquierda y colocan en ella el dedo índice de la mano derecha).
Y mi hermana desde la orilla vigiló (colocar los dedos enfrente de los ojos formando rejillas).
Y en sus brazos lo tomó (hacer moción de levantar un bebé y sostenerlo en brazos).
Dijo: “A este bebé de todo peligro cuidaré” (mecer al bebé en los brazos).
· Muestre a los niños unos cuantos guantes diferentes y señale que cada guante se ve diferente, tal como cada uno de nosotros nos vemos dife- rentes. Explique que sin importar cuán diferentes nos veamos, todos tenemos un espíritu dentro del cuerpo, el cual nos da vida. A fi n de ilustrarlo, póngase un guante y mueva los dedos. Explique que el guante es como el cuerpo y que la mano es como el espíritu. Pida a los niños que traten de identifi car la respuesta a la pregunta “¿Quién es el Padre de mi espíritu?” a medida que lea las dos primeras oraciones de Malaquías 2:10 . Escriba “Dios es el Padre de mi espíritu” en la pizarra. Pida a los niños que lo lean junto con usted y explique que todos somos parte de una gran familia: la familia de Dios.
· ¿Alguna vez has sostenido en brazos a un bebé? ¿Te has preguntado dónde vivían los bebés antes de nacer? ¿Sabes dónde vivías tú antes de nacer en tu familia? La Primera Presidencia lo explica en la primera página de la guía Fe en Dios: “Eres un hijo de Dios. Él es tu Padre Celestial, y te ama y se preocupa por ti”. ¿Cómo puedes saber que tu Padre Celestial te ama? Una manera que tienen nuestros padres terrenales de demostrarnos su amor es darnos alimento y un hogar. También nos enseñan a escoger lo correcto. Nuestro Padre Celestial nos ha dado muchas cosas para acordarnos cada día de Su amor: nuestro hermoso planeta, las Escrituras, los profetas actuales y nuestra familia. Pero por encima de todo, Él envió a Jesucristo. Gracias a Jesucristo, podemos volver a vivir con nuestro Padre Celestial si escogemos lo correcto. El presidente Gordon B. Hinckley ha enseñado que podemos demostrar nuestro amor por nuestro Padre Celestial al hablar con él mediante la oración y guardar Sus mandamientos. Al hacerlo, el presidente Hinckley nos promete: “Él te cuidará y guiará y protegerá; Él te bendecirá en la escuela y en la Primaria; Él te bendecirá en casa para que seas un mejor varoncito o niña… Nunca te olvides, mi amiguito, de que realmente eres un hijo de Dios, que has heredado parte de Su naturaleza divina, y que él te ama y desea ayudarte y bendecirte” (“Eres un hijo de Dios”, Liahona, mayo de 2003, pág. 119).
· ¿Quién eres? ¿Lo sabes? Sabes cómo te llamas y que perteneces a una familia aquí en la tierra. Tus padres y tu familia te aman y eres especial para ellos, pero también eres especial para tu Padre Celestial. Él es el Padre de tu espíritu; viviste con Él en el cielo antes de que vinieras a la tierra. Toda persona que ha nacido en la tierra es un hijo de nuestro Padre Celestial. No recuerdas haber vivido con tu Padre Celestial, pero eres Su hijo. Las Escrituras nos enseñan que “todos [somos] hijos del Altísimo” (Salmos 82:6). “Altísimo” es como se llama a nuestro Padre Celestial. ¿Tienes el mismo color de ojos que tu madre? ¿Tiene tu cabello el color del de tu padre? Los hijos muchas veces se parecen a sus padres. La Biblia nos enseña que “creó Dios al hombre a su imagen” (Génesis 1:27). Ser creado a Su imagen significa que te pareces a tu Padre Celestial y que puedes llegar a ser como Él. Los profetas testifican que eres un hijo de Dios y que Él te conoce y te ama. Cada vez que cantas “Soy un hijo de Dios” (Canciones para los niños, págs. 2–3), también tú testificas que sabes quién eres. Tu Padre Celestial te ama, contestará a tus preguntas y te ayudará a ser como Él. Eres Su hijo y desea que algún día vuelvas a vivir con Él.
· Muestre a los niños una lámina de un bebé o invite a una madre a hablar de los preparativos del alumbramiento de su bebé (por ejemplo: reinaba la alegría en la familia, prepararon la ropita para bebé, sabían que amarían al bebé). Relacione esto con cómo se siente nuestro Padre Celestial con nosotros. Él preparó este mundo para que viviéramos en él y se regocija conforme crecemos, aprendemos y tomamos decisiones correctas. Prepare unos casos para analizar (véase La enseñanza: el llamamiento más importante, 1999, pág. 184) que demuestren que, dado que somos hijos de Dios, hemos decidido elegir y actuar de acuerdo con ese conocimiento. Recorten siluetas de niños en papel rojo, amarillo y azul. Cuando los niños canten “Soy un hijo de Dios”, haga que se pasen las siluetas unos a otros. Cuando la música se detenga, los que tengan una silueta roja deberán decir una forma en la que sepan que nuestro Padre Celestial los ama; si tienen una silueta amarilla, deberán mencionar una forma en la que pueden demostrar su amor por nuestro Padre Celestial; y los que tengan una silueta azul deberán resolver uno de los casos para analizar. Pida a cada niño que escriba una forma en que sepa que es un hijo de Dios.
· Pida a los niños que se pongan de pie siempre que oigan una frase que los describa. Emplee frases que demuestren las semejanzas y las diferencias que existen entre los niños, como por ejemplo: todo el que tenga nariz o todo el que vista de azul. Explique que todos compartimos características similares a las de nuestro Padre Celestial porque somos hijos Suyos. Podemos crecer espiritualmente para ser como nuestro Padre Celestial. Escriba en un extremo de la pizarra: “Nuestro Padre Celestial es” y en el otro extremo “Yo puedo ser”. Pida a los niños que enumeren algunas características de nuestro Padre Celestial (amoroso, amable, generoso, etc.). Luego pídales que mencionen algunas de esas cualidades que tengan o que les gustaría desarrollar.
Semana 2: El Padre Celestial proporcionó un Salvador y hace posible que yo regrese a Su presencia.
Ideas del Bosquejo 2014
· Trace en la pizarra un sendero recto que lleve hasta un lugar denominado “Vida eterna con nuestro Padre Celestial”. Coloque la imagen de una persona al principio del sendero y explique que esa imagen nos representa a todos y que debemos seguir el sendero para regresar con nuestro Padre Celestial. Diga a los niños que no podemos regresar con nuestro Padre Celestial por nuestra propia cuenta. Borre parte del sendero y pregunte: “¿Qué podría ayudarnos a continuar por el sendero?”. Pida a un niño que lea o recite el tercer Artículo de Fe. Muestra una lámina de Cristo en Getsemaní y explique brevemente la Expiación. Diga a los niños que la expiación de Cristo es como un puente que nos ayudará a regresar con nuestro Padre Celestial; si nos arrepentimos y obedecemos los mandamientos, podremos vivir nuevamente con Él. Dibuje un puente en la pizarra y mueva la imagen de la persona al final del sendero. Invite a varios niños a compartir sus sentimientos sobre Jesucristo y Su expiación. Si el tiempo lo permite, canten “Viví en los cielos” (CN, pág. 148).
Más Ideas:
· Explique que poco antes de que Jesús muriera en la cruz, Él y Sus Apóstoles fueron a un jardín llamado Getsemaní. Tres de los Apóstoles, Pedro, Santiago y Juan, entraron en el jardín con Él; allí se quedaron a poca distancia mientras Jesús se adelantaba para orar al Padre Celestial. Jesús sabía que tendría que padecer un gran dolor a fin de que nosotros pudiéramos arrepentirnos de las cosas malas que hiciéramos y fuéramos perdonados por haberlas hecho. Fue en el jardín de Getsemaní y en la cruz donde Jesús sufrió un gran dolor por nosotros, sí, allí padeció por nuestros pecados, o sea, por las cosas malas que hacemos. Escriba en la pizarra la palabra Expiación, y explique que la Expiación es el dolor y el sufrimiento que experimentó Jesús cuando sufrió por nuestros pecados a fin de que pudiéramos arrepentirnos y ser perdonados. Él lo hizo porque nos ama y porque deseaba brindarnos la posibilidad de arrepentirnos y de ser perdonados y así ser puros. Decimos que Él “expió” nuestros pecados y nuestras malas acciones. Pida a la clase que diga en voz alta la palabra Expiación. Nuestro Padre Celestial también nos ama y desea que cada uno de nosotros se arrepienta y vuelva a vivir con Él. Si nos arrepentimos, y por motivo de la expiación de Cristo, podemos ser perdonados por los pecados y las malas acciones que cometamos después de haber cumplido los ocho años de edad.
· Escriba en la pizarra el pasaje de Doctrina y Convenios 19:16, y pida a los niños más grandes que lo lean al unísono. Explique que la palabra “Dios”, en este caso, se refiere a Jesucristo. Pida a los niños que expliquen este pasaje con sus propias palabras. Explique que nuestro Padre Celestial nos ama y desea que vivamos nuevamente con Él, pero que para lograrlo, tenemos que arrepentirnos de todas las cosas indebidas que hayamos hecho y ser perdonados. ¿Por qué estuvo Jesucristo dispuesto a sufrir dolor por cada uno de nosotros? (Porque Jesús nos ama.) ¿En qué forma nos ayuda a todos el sufrimiento que Jesús padeció? (Por motivo de que Él sufrió dolor por nuestros pecados, nos es posible arrepentirnos y ser perdonados.) Dé a cada uno de los niños que sepa leer y escribir una copia del volante “Un mensaje especial”, que figura más abajo, y un lápiz. En seguida, lea el mensaje junto con ellos. Pregunte quién puede descifrar las letras que deben llenar los espacios en blanco. Los primeros nueve espacios en blanco corresponden a la palabraExpiación, y los diez que siguen, a la palabra arrepiento. Indique a los niños que completen los espacios en blanco y lleven el mensaje a sus respectivas casas, lo lean a sus padres y expliquen lo que han aprendido en la Primaria. Concluya la actividad leyendo en voz alta el mensaje junto con la clase.
Un mensaje especial Por motivo de la _______________ de Jesús, yo puedo ser perdonado cuando me __________________.
·Canten o reciten la letra de “¿Vivió Jesús una vez más?” (Canciones para los niños, pág. 45). Ayude a los niños a hacer las acciones que se indican:
¿Vivió Jesús una vez más (Manos hacia afuera con las palmas hacia arriba.) cuando en la cruz murió? Al tercer día en el jardín, (Levantar tres dedos.)a María habló. (Poner las manos alrededor de la boca.)¿A los que amaba visitó? (Poner las manos sobre el corazón.)Él se dejó tocar. (Con los dedos de una mano tocar la palma de la otra.)Con ellos Él también comió (Hacer como que comen.)miel de un panal. Tenía marcas de la cruz (Tocar las palmas.)en las manos y en los pies. (Agacharse y tocar los pies.).¿Vivió Jesús una vez más (Manos hacia afuera con las palmas hacia arriba.)después que muerto fue?¡Oh sí, Él vive, sí! (Mover la cabeza en forma afirmativa.)
· Pida a los niños que cierren los ojos y hagan de cuenta que son ciegos. Explique que cuando resucitemos, nadie será ciego ni discapacitado, sino que tendremos cuerpos perfectos. Todos podrán ver, oír y correr; nadie tendrá problemas físicos; nadie se enfermará. Pida a los niños que abran los ojos y hablen de lo maravilloso que será tener cuerpos saludables y perfectos.
· Coloque láminas de la Última Cena, de Cristo en Getsemaní, dela Crucifixión y de la Resurrección alrededor delaula. Señale las láminas y diga a los niños que estos son acontecimientos en la última semana de lavida del Salvador. Indique a los niños que les va aleer un pasaje de las Escrituras que correspondecon una de las láminas y pídales que piensen ensilencio cuál lámina corresponde con el pasaje de las Escrituras. Lea Lucas 22:13–14, 19–20. Pida atodos que se pongan de pie y que se paren frente a la lámina correspondiente. Hablen sobre lo queestá sucediendo en la lámina. Repita con las otrasláminas (Getsemaní: Lucas 22:39–44; Crucifixión:Lucas 23:33–34, 46; Resurrección: Juan 20:11–18).Canten una canción tal como “Mandó a Su Hijo”(CN, págs. 20–21) o “Dios vive” (CN, pág. 8). Testifique que Jesús murió por nosotros para que podamos vivir nuevamente con nuestro Padre Celestial.
· Escriba el tercer artículo de fe en la pizarra e invite a los niños a repetirlo junto con ustedunas cuantas veces. Explique brevemente cualquierpalabra que los niños no comprendan. (Por ejemplo, la Expiación es lo que Jesús hizo para hacerposible que nos arrepintamos y regresemos conDios). Borre una o dos palabras y repítanlo nuevamente. Continúen repitiendo a fin de ayudar a losniños a memorizarlo.
· Relate la siguiente historia e invite a los niños a ponerse de pie y a actuarla junto con usted.“Un hombre iba caminando por un sendero (caminar en su lugar). Cayó dentro de un agujero profundo (sentarse). Intentó salir una y otra vez, pero nopudo (hacer de cuenta que se trata de salir). Pidióauxilio (pedir auxilio calladamente). Otro hombreiba caminando por el mismo sendero y escuchó alhombre que pedía auxilio (pedir auxilio calladamente de nuevo). Bajó una escalera al agujero y el hombre subió por la escalera y salió del agujero (hacerde cuenta que se va subiendo por una escalera). Elhombre se salvó”. Analicen cómo se debió haber sentido el hombre cuando estaba en el agujero yluego cuando lo rescataron. Diga a los niños quecuando hacemos algo malo o cometemos un pecado, es como caer en un agujero profundo del cualno podemos salir por nuestra propia cuenta. Muestre una lámina de Jesús y diga a los niños que de lamisma forma en que alguien ayudó al hombre a salir del agujero, Jesucristo nos puede ayudar y salvarpara que podamos regresar a vivir con nuestro Padre Celestial nuevamente.
· Invite a los niños a leer Alma 7:11–12 y a mencionar lo queJesús ha hecho por nosotros. Pida a unos cuantosniños que compartan lo que hayan descubierto.Diga a los niños que Jesús nos comprende cuandonos sentimos dolidos, tristes, asustados o enfermos,y que nos puede ayudar a vencer estas cosas.Escriba las siguientes declaraciones en la pizarra: Estoy agradecido por el Salvador porque _________ El Salvador me ayudará a __________. Invite a unos cuantos niños a compartir la formaen que completarían estas oraciones, o pida a todoslos niños que compartan sus respuestas con la persona que esté sentada a su lado.
· Diga a los niños que hay muchos relatos en las Escrituras de personas que fueron bendecidas gracias a la Expiación. Cuénteles algunos de estos relatos. Entre algunos relatos posibles se encuentra el de Alma, hijo (véase Alma36:5–27), Pablo (véase Hechos 8:1–3; 9:1–20) y Enós (véase Enós 1:1–8). Después de contar unode los relatos, repáselo con los niños. Con una hojade papel haga una pequeña bola y láncela a uno de los niños; luego pídale que diga algo sobre elrelato. Pida al niño que le tire de regreso la bola de papel. Continúe hasta que los niños hayan mencionado la mayoría de los detalles importantes delrelato. Dé su testimonio de la Expiación.
· Divida a los niños en grupos y dé a cada grupo una lámina de un acontecimiento que se relacione con la Resurrección (por ejemplo, podría utilizar láminas de la Crucifixión, la sepultura de Cristo, la tumba vacía,María y el Señor resucitado, y Jesús mostrando Sus heridas a Sus discípulos). Dígales que no permitanque los otros grupos vean su lámina. Pida a cada grupo que dé unas cuantas pistas que ayuden a los otros niños a adivinar lo que está sucediendo en la lámina. Cuando adivinen correctamente, muestrela lámina a los otros grupos. Explique que debidoa que Jesucristo resucitó, todos resucitaremos.
· Escriba en la pizarra: “Jesucristo fue para ser nuestro salvador”. Tenga las letras e, s, c ,o, g,i, d y o esparcidas por el salón. Permita que los niñosdescifren las letras que completan la frase. Pídalesque lean Moisés 4:2 para verificar su respuesta. Leanjuntos la frase en la pizarra.
· Prepare tres tiras de papel y en cada una escribalas siguientes preguntas en cuanto a la canción “Vivíen los cielos” (CN, pág. 148): 1. ¿Quién presentó a todos un plan en los cielos antes de que viniéramos al mundo? 2. ¿Quién dijo: “Padre, hágase tu voluntad”? 3. ¿Qué oportunidad nos dio Jesús al seguir el plandel Padre? Pida a los niños que canten la primera estrofa de lacanción y que se pongan de pie cuando canten la respuesta a la primera pregunta. Luego analicen algunasde las otras enseñanzas que han aprendido de estaestrofa. Considere cantar la estrofa otra vez después dehaberla analizado. Luego repita la actividad con lasotras estrofas y preguntas.
· Escriba en la pizarra las palabras del tercer Artículo de Fe entremezcladas con muchas otras palabras. Mientras usted repite el Artículo de Fe, pida a unos niños que borren las palabras que sobran. Repitan el Artículo de Fe varias veces todos juntos; luego borre las palabras, una a la vez, hasta que los niños sean capaces de repetir el Artículo por sí mismos. Enseñe que la Expiación consiste de dos partes: (1) Jesucristo venció la Caída y la muerte física por medio de la resurrección y todo el que haya vivido resucitará. (2) Jesucristo también venció la muerte espiritual por todos nosotros al tomar sobre Sí nuestros pecados. Para ser salvos de nuestros pecados, debemos ser obedientes a las leyes y ordenanzas del Evangelio. Haga un dibujo que represente el reino celestial, por ejemplo, de un sol. Recórtelo como si fuera en piezas de un rompecabezas. Escriba en cada pieza un pasaje que enseñe sobre leyes (por ejemplo: el diezmo, la Palabra de Sabiduría, el perdón) y ordenanzas (el bautismo, la Santa Cena). Reparta un número igual de piezas entre cada grupo de niños e invite a cada grupo a ubicar el pasaje, explicar la ley o la ordenanza y agregar su pieza al rompecabezas.
· Marcar una área en el piso de senda para peatones, al final de esta área colocar una lamina de Jesucristo (sí son pocos niños hacerles caminar por este sendero u elegir a dos niños para la demostración) La senda es un lugar donde ellos se pueden sentirse seguros si obedecen las leyes y señalizaciones – Hablar de Jesucristo y de las Expiación.
Semana 3: Jesucristo es el ejemplo perfecto que debo seguir.
Ideas del Bosquejo 2014
· Pregunte: “¿Quién nos ha dado un buen ejemplo?”. Escriba en la pizarra las respuestas, o permita que un niño las escriba, y asegúrese de que entre ellas esté incluido Jesucristo. Explique que todas esas personas nos dieron buenos ejemplos, pero que sólo Jesucristo dio el ejemplo perfecto. Diga a los niños que Él “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38) y que demostró Su amor al prestar servicio a los demás y que Él desea que sigamos Su ejemplo.
· Antes de la Primaria, pida a cuatro adultos que vayan preparados para hablar brevemente sobre una de las siguientes láminas y pasajes de las Escrituras, y sobre cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús. Divida los niños en cuatro grupos y asigne un adulto a cada grupo. Pida a los niños que escuchen al adulto hablar sobre el Salvador e invítelos a dibujar o a escribir en una hoja de papel cómo pueden seguir el ejemplo de Jesús. Pida a un niño de cada grupo que comparta con el resto de los niños lo que haya aprendido.
Más Ideas:
· Canten “Yo trato de ser como Cristo” (CN, págs. 40–41). Pida a los niños que sigan el ejemplo de Jesús esta semana y que se preparen para dar un informe el siguiente domingo de lo que hicieron.
· Escriba en la pizarra dos listas que no tengan ningún orden específico: una lista de pasajes de las Escrituras en que Jesús nos da el ejemplo a seguir y una de canciones que se relacionen con esos pasajes de las Escrituras. Divida a los niños en grupos y dé a cada grupo una lámina que represente uno de los acontecimientos de las Escrituras que usted incluyó en la lista. Diga a cada grupo que correlacione la lámina que tiene con un pasaje de las Escrituras y con una canción de la pizarra. Pida a un grupo a la vez que muestre su lámina, que explique el ejemplo que Jesús nos dio y que dirija al resto dela Primaria en cantar la canción. Considere utilizar lo siguiente:
El niño Jesús en el templo, Lucas 2:42–49, “Buscaré al Señor” (CN, pág. 67);
Juan el Bautista bautiza a Jesús, Mateo 3:13–17, “El bautismo” (CN, págs. 54–55);
Por tanto, id, Mateo 28:19–20, “Llevaremos Su verdad al mundo” (CN, págs. 92–93);
Jesús sana a los nefitas, 3 Nefi 17:7–9, “Contigo iré” (CN, págs. 78–79).
Testifique que Jesucristo es el único ejemplo perfecto a seguir.
· Recorte un corazón de papel y escriba en él Amad a otros. Póngalo dentro de sus Escrituras en Juan 13:34. Invite a un niño a hojear sus Escrituras para que encuentre el corazón. Explique que en este pasaje de las Escrituras Jesús nos enseña cómo desea que tratemos a los demás. Pida a los niños que busquen Juan 13:34 en sus propios ejemplares de las Escrituras, y que luego lo lean todos juntos. Considere dar a cada niño un corazón de papel que tenga el pasaje de las Escrituras para que lo pongan dentro de sus Escrituras, e invítelos a compartir esta actividad con su familia.
· Pida a los niños que formen uno o más círculos. (Si no hubiera suficiente espacio disponible, pida a una fila de niños que se voltee de manera que quede frente a otra fila). Dé a cada grupo un botón que tenga un hilo ensartado y cuyas puntas estén amarradas la una a la otra; Mientras canten “Amad a otros” (CN, pág. 74), pida a los niños que deslicen el botón por el hilo; detenga la música en un momento escogido al azar y pida al niño (o niños) que tenga(n) el botón que comparta(n) una forma en que podría(n) mostrar amor a los demás. Para finalizar, invite a varios niños a compartir una experiencia en la que otra persona les haya demostrado amor.
· Diga a los niños que el décimotercer Artículo de Fe dice que creemos en servir a los demás. Pida a los niños que se pongan de pie y ayúdeles a decir: “Creemos … en hacer bien a todos los hombres”. (Si lo desea, puede explicar que “todos los hombres” quiere decir todas las personas.)
· Haga tres corazoncitos de papel para cada niño. Dígales que usted quiere comenzar un “Club de Servicio en Secreto”. Aliente a los niños a llevar los corazones a casa y hacer obras de servicio secretas por los miembros de su familia, dejando un corazón en cada lugar en el que hagan la obra. Por ejemplo, podrían tender la cama de su hermano o hermana y dejar un corazón en la almohada. Pida a los niños que la semana que viene le informen acerca de los sentimientos que tengan al servir a alguien en secreto.
· Canten “Hazlo conmigo” (CN, pág. 141) y pida a los niños que le sigan a medida que hace varios movimientos sencillos, tales como aplaudir, estirar los brazos por encima de la cabeza, o marchar en el mismo lugar. Pida a los niños que mencionen algo que hayan aprendido al seguir el ejemplo de alguien (por ejemplo, cómo tender la cama o jugar a algo). Escriba en la pizarra “Jesucristo es el ejemplo perfecto para mí”. Testifique que Cristo fue la única persona que ha vivido en esta tierra que nos dejó un ejemplo perfecto para que nosotros sigamos. Pida alos niños que lean juntos la frase.
· Muestre algunas láminas en las que Jesús está demostrando amor y sirviendo a los demás. Escriba en la pizarra “Jesús amó a todos” y “Jesús sirvió a los demás”. Dibuje un corazón y una mano debajo de estas frases. Explique a los niños que nosotros debemos seguir el ejemplo de Jesús amando y sirviendo a los demás. Entregue a cada niño un papel y pídales que dibujen un corazón o el contorno de su mano. Luego invítelos a escribir o dibujar algo que ellos puedan hacer para seguir el ejemplo de Jesús. Pida a los niños que compartan sus ideas con la Primaria y coloque sus papeles junto a las láminas de Jesús. Canten “Yo trato de ser como Cristo” (CN,págs. 40–41).
· En un papel grande escriba la frase “Jesucristo es el ejemplo perfecto para mí”. Corte el papel como si fueran cuatro piezas simples de un rompecabezas. Escriba una de las siguientes frases detrás de cada pieza del rompecabezas: Él nos mostró la manera de ser bautizados (véase Mateo 3:13–17); Él mostró amor por otras personas (véase Marcos 10:13–16); Él perdonó a las personas que le hicieron daño (véase Lucas 23:34); Él nos mostró cómo orar (véase Mateo 6:5–13). Canten “Yo trato de ser como Cristo” (CN, págs.40–41). Pida a los niños que expliquen el mensaje que enseña la canción. Muestre una lámina de Cristo y dígales que Él nos enseñó muchas cosas por medio de Su ejemplo perfecto. Divida a los niños en cuatro grupos y entregue a cada grupo una de las piezas del rompecabezas y hojas de papel en blanco. Pídales que lean el pasaje juntos y que luego hagan un dibujo de cómo pueden seguir el ejemplo de Cristo. Pida a cada grupo que explique el pasaje de las Escrituras y de los dibujos y que luego coloquen su pieza del rompecabezas en la pizarra. Luego de que se haya armado el rompecabezas, repitan juntos: “Jesucristo es el ejemplo perfecto para mí”.
· Canten “Escojamos lo correcto” (CN, págs. 82–83),y pida a la mitad de los niños que escuchen cómo podemos ser felices y a la otra mitad qué escuchen lo que nos ayudará y mostrará el camino. Analicenlo que los niños han aprendido de la canción.
· Prepare tiras de papel con las siguientes palabras y referencias de las Escrituras: hambre (Mateo 5:6); alumbrar (Mateo 5:16); amar (Mateo 5:44) y orar (Mateo 6:6). Muestre una lámina del Sermón del monte. Explique que Jesús subió a una montaña a enseñarles a Sus discípulos; lo que Él les enseñó recibe el nombre de Sermón del monte. Muestre una de las tiras de papel a la mitad de los niños y pídales que representen la palabra con mímica para que el resto de los niños la adivinen. Lean juntos el pasaje de las Escrituras correspondiente y ayude a que los niños entiendan lo que Cristo enseñó y cómo podemos seguir Su ejemplo. Repita la actividad con las otras palabras y pasajes de las Escrituras.
· En cuatro tiras de papel escriba las siguientes enseñanzas de Jesús: (1) Hambre y sed de justicia, (2) Así alumbre vuestra luz, (3) Amad a vuestros enemigos, (4) Ora al Padre Celestial. (Para niños pequeños, considere utilizar láminas que ilustren estas enseñanzas.) Coloquelos papeles en diferentes partes del salón. Prepare algunas situaciones para analizar (véase LE, pág.184) que ayuden a los niños a comprender cómo aplicar estas enseñanzas. Por ejemplo: “Un niño en la escuela te fastidia y te llama por apodos feos. ¿Qué harías?” Repase los pasajes de las Escrituras del juego de adivinanzas que se describió anteriormente e indíqueles que los papeles que se ven en el salón corresponden a las Escrituras. Lea una situación para analizar e invíteles a ponerse de pie y colocarse al frente del papel con la enseñanza que les ayudaría a hacer lo justo. Pida a algunos niños que compartan qué elección harían.
Semana 4: Puedo regresar con el Padre Celestial al seguir a Jesucristo.
Ideas del Bosquejo 2014
· Trace en la pizarra el sendero de la semana 2 y pida a los niños que expliquen quién hizo posible que regresemos con el Padre Celestial. Pida a algunos niños que den un informe de la forma en que siguieron el ejemplo de Cristo durante la semana anterior. Invítelos a dar a conocer otras formas en que pueden seguir a Jesús (tales como ser bautizado, orar y obedecer los mandamientos). Escriba las respuestas en la pizarra.
· Cuente el relato de cuando Jesús llamó a Sus apóstoles (véase Mateo 4:18–22) e invite a los niños a hacer las acciones junto con usted. Por ejemplo: “Pedro y Andrés se ganaban la vida pescando. Un día, cuando lanzaron sus redes al Mar de Galilea (lanzar redes) vieron a Jesús de Nazaret. Lo escucharon decir (ponerse la mano al oído): “Sígueme”. Aun cuando Pedro y Andrés estaban haciendo su trabajo (sacar redes), dejaron inmediatamente las redes (soltar redes) y lo siguieron (caminar en su propio lugar). Jacobo y Juan estaban en otra barca remen- dando sus redes (remendar redes). Jesús los llamó, así que dejaron las redes y lo siguieron (caminar en su propio lugar)”. Pregunte a los niños si dejarían lo que estuvieran haciendo si el Salvador les dijera: “Sígueme”. Pida que cada clase dirija a los otros niños en representar una actividad con pantomima, tal como nadar o jugar con juguetes. Indíqueles que dejen de hacer lo que estén haciendo y que caminen en su propio lugar cuando escuchen las palabras “sígueme”. A medida que representen cada actividad con pantomima, sostenga en alto una lámina de Jesucristo y diga suavemente: “Sígueme”.
· Pida que los niños compartan maneras en que pueden seguir a Jesucristo el día de hoy. Por ejemplo, podrían responder al llamado de uno de sus padres a participar en la oración familiar o a la invitación de un maestro de ser reverente.
Más Ideas:
· Antes de que comience la Primaria, pegue debajo de las sillas algunos papeles en forma de piedra que tengan escrita una de las siguientes palabras o frases en cada piedra: bautismo, confirmación, oración, noche de hogar, participar de la Santa Cena, asistir a la Iglesia y matrimonio en el templo. Coloque una lámina o una ilustración del mundo en un lado del aula y una lámina de Jesucristo en el otro lado. Pida a un niño que intente brincar desde una lámina hasta la otra. Explique que hay pasos que debemos tomar a fin de vivir con Jesús y con nuestro Padre Celestial nuevamente. Pida a los niños que se fijen si tienen una piedra pegada debajo de su silla. Invite a los que las tienen que pasen al frente uno a la vez y que digan cómo el realizar la acción que se describe en la piedra los acercará más a Cristo. Coloque la piedra en el piso entre las dos láminas.Continúe de manera que las piedras formen un camino por el aula. Invite a un niño a caminar desde la lámina del mundo hasta la del Salvador, pisando solamente las piedras. Anime a los niños a siempre hacer lo correcto a fin de que puedan permanecer en el camino que nos lleva de regreso a vivir con Jesucristo nuevamente.
· Pida a los niños que tracen el contorno de sus pies en hojas diferentes de papel y que escriban o dibujen dentro del contorno un paso que podrían tomar para vivir nuevamente con Jesucristo. Pida al pianista que toque suavemente “El plan de Dios puedo seguir” (CN, págs. 86–87) mientras colorean. Anime a los niños a llevarse los dibujos a casa y a mostrarlos a su familia.
· Mi familia y yo resucitaremos. De antemano, y con la aprobación del obispo o del presidente de rama, invite a un miembro que haya sufrido la muerte de un ser querido para que exprese su testimonio acerca de lo que significa la resurrección para él o ella. Apile en el orden que se da a continuación las siguientes láminas de Las Bellas Artes del Evangelio, dejando la lámina de Jesús ora en Getsemaní en la parte superior:
Jesús ora en Getsemaní
La entrega de Jesús
La Crucifixión
La sepultura de Jesús
María y el Señor resucitado
Jesús muestra Sus heridas
Jesús enseña en el hemisferio occidental
Mientras la pianista toca, dé una piedrita a los niños para que la pasen de mano en mano. Dígales que simboliza la piedra que se colocó a la entrada de la tumba de Cristo. Cuando se detenga la música, pida al niño que se haya quedado con la piedrita que tome la lámina que haya quedado arriba y que cuente algo acerca de ella o que escoja a alguien para que le ayude. Haga lo mismo con cada lámina, haciendo una pausa después de la lámina en que Jesús muestra Sus heridas para leer al unísono Lucas 24:39. Ayude a los niños a entender que después de que Jesucristo hubo resucitado, los apóstoles pudieron palpar Sus manos, al igual que los niños palpan sus propias manos. Siga adelante con las demás láminas. Enseñe que, gracias a la expiación de Jesucristo, todas las personas que hayan vivido sobre la tierra resucitarán. Dé el tiempo a la persona invitada para que comparta su testimonio.
· En una caja poner tiras de papel con un listado de cosas que se podría o no hacer para seguir a Jesucristo. Ej: 1.- honrar los padres 2.- ayudar a poner la mesa 3.- leer las escrituras 4.- mentir…etc… Al sacar cada papelito los niños pondrán las cosas buenas en otra caja con un un cartel de «Seguiré a Jesucristo» y se quedarán ahí. Al final les muestra a los niños que pueden ver en la caja….» Quienes siguen a Jesucristo, ellos mismos!» (Ponga con anticipación un espejo en el fondo de la caja) Los papelitos también se pueden poner en una bolsita de platico y pedir que los niños los niños saquen uno a uno.
Cumplir con nuestro llamamiento sin descuidar nuestras otras miles de obligaciones es posible! Soy Rocio, mamá, diseñadora y blogger SUD. Bienvenidos a Conexión SUD!
Fortalecer en los niños, por medio de "Pequeño niño fue Jesús" su conocimiento de la niñez de Jesucristo para que sientan un mayor deseo de ser como Él.