Somos hijas espirituales de Padres Celestiales que nos aman y, como tales, tenemos una naturaleza y un destino divinos. Por designio divino, tenemos dones y talentos únicos que nos ayudarán a cumplir con nuestro destino como hijas de Dios. Saber quiénes somos le da un propósito a nuestra vida y nos ayuda a tomar decisiones correctas.
- ¿Qué significa para usted ser una hija de Dios? ¿De qué manera el tener el conocimiento de que es una hija de Dios la bendice e influye en las decisiones que toma?
- ¿Cómo puede ayudar a las jóvenes a comprender la importancia de saber que son hijas de Dios? ¿Cómo afecta este conocimiento a las decisiones que toman, la manera en que se sienten sobre sí mismas y su visión del futuro?
Escriba en la pizarra: “¿Quién soy y quién puedo llegar a ser?”. Invite a las jóvenes a buscar respuestas a estas preguntas en el lema de las Mujeres Jóvenes. ¿Cómo les hace sentir este lema acerca de su relación con nuestro Padre Celestial?
Escriba los nombres de las jovencitas en diferentes trozos de papel. Pida a cada joven que seleccione al azar uno de los papelitos e identifique una cualidad divina que posee la jovencita cuyo nombre está en el papel. Señale otras cualidades divinas que haya visto en las jovencitas.
Entregue a cada jovencita una tarjetita para que escriban su nombre, luego hagan rotar las tarjetitas para que todas puedan escribir cualidades divinas de cada jovencita.
Comparta con la clase el artículo «Enséñame quien soy» y reflexionen sobre la Naturaleza Divina de las Jovencitas.
- Elaine S. Dalton,“¡Recuerden quiénes son!”, Liahona, mayo de 2010, págs. 120–123.
- Mary N. Cook, “Una vida virtuosa, paso a paso”,Liahona, mayo de 2009, págs. 117–119. Si lo estima conveniente, utilice el primer párrafo de este discurso para recalcar a las jóvenes que son hijas de Dios.
Para que las alumnas entiendan mejor que son literalmente hijas de su Padre Celestial, dígales que piensen en esa relación que tienen con El como hijas suyas mientras alguien lee las palabras del himno “Oh mi Padre”, con acompañamiento musical. (Resulta más eficaz presentado así, con el acompañamiento musical durante la lectura [grabado en cinta casete si no hay piano ni quién lo toque], pero también puede leerse sin música o cantarse.)
Refiriéndose a la letra del himno, hágales notar el amor que nuestro Padre Celestial tenía por nosotras en la vida preterrenal. El es el padre de nuestros espíritus; somos Sus hijas. El nos guió y nos enseñó, y nos conoce muy bien.
“Hay un Dios en los cielos que es infinito y eterno, un Ser glorificado, exaltado y sempiterno. Es un hombre perfeccionado de carne y huesos, santificado y resucitado, y nosotros somos Sus descendientes. Somos Sus hijos espirituales. El vive en la unidad familiar; nosotros somos miembros de Su familia, y vivimos con El en esa vida preterrenal durante un largo período” (Bruce R. McConkie, Making Our Calling and Election Sure, Brigham Young University Speeches of the Year. Provo, 25 de marzo de 1969, pág. 5).
Entregue los imprimibles de la Experiencia #1 con el valor Naturaleza Divina a cada jovencita, junto con un folleto de “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”. Leas las escrituras correspondientes y completen la lista de cualidades divinas.
- ¿Cuáles son algunas de las cualidades y atributos de nuestro Padre Celestial? ¿De qué manera cubre nuestras necesidades en cada etapa de la vida Su plan de salvación?
- ¿De qué forma podemos aumentar nuestro grado de adoración hacia nuestro Padre Celestial?
- ¿De qué manera nos ayuda el hecho de saber que somos hijas de un Padre Celestial amoroso a mantenernos leales a las normas del Evangelio y a comprender nuestro valor divino?
- ¿Cómo podemos entender nuestra verdadera identidad de hijas de Dios cuando el mundo nos envía tantos mensajes opuestos en cuanto a quiénes somos, cómo es que existimos, qué debemos ser y qué debemos hacer?
Para cumplir con la experiencia #6 de Naturaleza Divina deberán memorizar un pasaje de las Escrituras en cuanto a nuestra Naturaleza Divina. Las siguientes ideas pueden ser muy útiles para ayudar a las jovencitas a memorizar.