Vivimos en los últimos días, cuando el Señor está cumpliendo Su promesa: “He aquí, apresuraré mi obra en su tiempo” (D. y C. 88:73). Las jóvenes tienen una función importante en la obra. Podemos participar al invitar a todos a venir a Cristo al compartir el Evangelio, ofrecer servicio como el de Cristo, fortalecer a los nuevos miembros, rescatar a los miembros menos activos y proporcionar ordenanzas de salvación por los muertos.
- ¿Qué evidencia ha visto de que el Señor está apresurando Su obra en nuestros días? ¿Qué experiencias podría compartir que inspirarían a las jovencitas a ser participantes activas en esta obra?
- ¿Qué talentos y dones ve en las jóvenes que podrían hacerlas particularmente eficientes en hacer avanzar la obra del Señor? ¿Qué están haciendo ya para participar en la obra?
Presentar la doctrina
- Escriba la palabra apresurar en la pizarra y pida a alguien que lea Doctrina y Convenios 88:73. Invite a las jóvenes a hablar de lo que significa apresurar algo (si es necesario, podrían buscar la palabra en un diccionario). Pregúnteles por qué piensan que la obra del Señor se debe apresurar en nuestros días.
En octubre de 2012, poco después que el presidente Thomas S. Monson anunciara que se bajaría la edad para comenzar el servicio misional tanto para los jóvenes como para las jovencitas, el élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó que el anuncio era un ejemplo de cómo Dios apresura Su obra:
“Dios apresura Su obra; y necesita más y más misioneros dispuestos y dignos para difundir la luz y la verdad y la esperanza y la salvación del evangelio de Jesucristo en un mundo a menudo sombrío y temible …
“…Este anuncio… no se trata de ustedes. Se trata del dulce y puro mensaje que se les pide llevar” (en “Church Lowers Age Requirement for Missionary Service”, Church News, 6 de octubre de 2012ldschurchnews.com).
- En referencia a Doctrina y Convenios 88:73, el élder Russell M. Nelson dijo: “Ese tiempo de apresuramiento es ahora” (véase “Porque así se llamará mi Iglesia”, Liahona, julio de 1990, pág. 21). Escriba la siguiente doctrina en la pizarra: Vivimos en una época en que el Señor está apresurando Su obra.
¿De qué formas han notado que el Señor está apresurando Su obra?
- Escriba en la pizarra: “¿Qué es la obra del Señor?”. Invítelas a acercarse a la pizarra y escribir algunas respuestas posibles a esa pregunta. Anímelas a seguir contribuyendo a la lista según vayan aprendiendo más durante la lección.
Aprender juntas
- Escriba preguntas como las siguientes en la pizarra: ¿Qué pueden hacer las jóvenes para participar en la obra del Señor? ¿Qué les ayuda a sentir el ánimo y la urgencia de la obra? ¿Cómo las están preparando sus experiencias para participar en la obra? Pídales que lean las Escrituras que se sugieren en esta reseña o miren el video “Nuestro pasaporte espiritual” para ayudarles a responder a una o más de estas preguntas. Invítelas a compartir lo que encuentren.
- Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 133:10 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el versículo sugiere en cuanto a por qué el Señor apresuraría Su obra. • ¿Qué sugiere el versículo en cuanto a por qué el Señor apresuraría Su obra? (Para ayudar a la gente a prepararse para la Segunda Venida.)
Muestre una lámina del Presidente Spencer W. Kimball (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, Nº 133; véase también LDS.org). Explique que durante el servicio del presidente Spencer W. Kimball como Presidente de la Iglesia, el Señor apresuró Su obra. Por ejemplo, se expandió la obra misional y la Iglesia publicó nuevas ediciones de las Escrituras. Al instar a los miembros de la Iglesia a impulsar la obra, el presidente Kimball dijo que la Iglesia se había “detenido suficientemente en algunas de [sus] etapas” (véase “Continuemos avanzando y elevándonos”, Liahona, agosto de 1979, pág. 118). Además enseñó: “Debemos alargar el paso y debemos hacerlo ahora mismo” (“Always a Convert Church: Some Lessons to Learn and Apply This Year”, Ensign, septiembre de 1975, pág. 3).
- Para ayudar a los alumnos a comprender algunas de las formas en que el Señor apresura Su obra hoy en día y algunas de las maneras en que ellos pueden participar en dicha obra, realice la siguiente actividad:
- Divida la clase en tres grupos y entregue a los alumnos de cada grupo una copia de una las siguientes asignaciones de enseñanza. Conceda a los alumnos algunos minutos para estudiar y prepararse para enseñar las asignaciones a sus compañeros. Tras concederles el tiempo suficiente, organícelos en grupos de tres personas, integrados por un alumno de cada uno de los primeros tres grupos. Invite a los alumnos a turnarse para enseñar al grupo respectivo sobre cómo el Señor apresura Su obra y cómo pueden ellos participar en dicha obra.
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Asignación de enseñanza 1: Apresurar la obra misional
El presidente Spencer W. Kimball dijo a los santos que el Señor estaba listo para abrirles las puertas para que ellos compartieran el Evangelio, incluso en las naciones que no permitían la obra misional. No obstante, agregó que los santos debían prepararse a fin de tener dichas oportunidades. El presidente Kimball también testificó que si cada jovencito se preparara para servir en una misión de tiempo completo, el Señor abriría las puertas y ofrecería la forma de que la obra misional se extendiera al mundo entero. Dijo:
“Sé que existen barreras, como la Cortina de Hierro [el Telón de Acero] o el Telón de Bambú. Sé cuán difícil es puesto que hemos hecho algunos esfuerzos … Mas no existe ninguna razón por la cual el Señor deba abrir las puertas si no estamos preparados para entrar. ¿Por qué ha de derribar Él la Cortina de Hierro o el Telón de Bambú o cualquier otra barrera si aún no estamos preparados para entrar?” (véase “‘Id por todo el mundo’”, Liahona, noviembre de 1974, pág. 3).
Los miembros de la Iglesia siguieron el consejo del presidente Kimball y se prepararon para compartir el Evangelio. Durante el tiempo de su presidencia, la cantidad de misioneros de tiempo completo aumentó más del cincuenta por ciento. A finales de la década de 1980 y comienzos de la de 1990, los gobiernos de Alemania del Este, algunas naciones de la ex Unión Soviética y otras donde la obra misional había estado prohibida comenzaron a permitir que los misioneros compartieran el Evangelio en sus países. La profecía del presidente Kimball se había cumplido.
En octubre de 2008, el presidente Thomas S. Monson reiteró el consejo dado por el presidente Kimball:
“Hay todavía lugares del mundo donde nuestra influencia es limitada y donde no se nos permite compartir el Evangelio libremente. Del mismo modo que lo hizo el presidente Spencer W. Kimball hace más de treinta y dos años, los exhorto a que oren para que se abran las puertas de esos lugares, a fin de que podamos compartir con ellos el gozo del Evangelio. Al orar en aquel entonces en respuesta a las súplicas del presidente Kimball, vimos desplegarse milagros a medida que se abría país tras país, los que previamente se encontraban cerrados a la Iglesia. Eso mismo volverá a suceder si oramos con fe” (“Bienvenidos a la conferencia”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 6).
Indica que, al instar a los miembros de la Iglesia a alargar el paso, el presidente Kimball aclaró la responsabilidad de cada jovencito de la Iglesia. Invita a un integrante de tu grupo a leer lo siguiente en voz alta:
“Frecuentemente surge la pregunta: ‘¿Debe todo joven varón cumplir una misión?’ La respuesta la ha dado el Señor y es ‘Sí’. Todo hombre joven ha de cumplir una misión” (véase “Id por todo el mundo”, pág. 4).
Recuerda a los miembros de tu grupo que los profetas siguen alentando a servir en una misión de tiempo completo a todo joven varón que sea digno y que tenga la capacidad de hacerlo. Los profetas también se complacen en que las jóvenes hagan lo mismo si ellas lo desean. En octubre de 2012, el presidente Thomas S. Monson anunció un cambio en la edad requerida para la misión, permitiéndose así que los jóvenes comenzaran su servicio a los 18 años y las jóvenes a los 19.
- Traten las siguientes preguntas en grupo:
- • Según los profetas de los últimos días, ¿qué espera el Señor de los varones jóvenes en relación con la labor misional de tiempo completo? (Aunque los integrantes del grupo podrían usar otras palabras, las respuestas deben reflejar el siguiente principio: Todo varón joven debe prepararse para servir en una misión de tiempo completo y mantenerse digno de hacerlo.)
- • ¿Por qué todos los jóvenes deben prepararse para prestar servicio en una misión de tiempo completo?
- • ¿De qué modo prepararse para la misión ahora ayuda a contribuir a la obra del Señor?
- • ¿En qué forma creen que el inspirado cambio en la edad para servir como misionero de tiempo completo ha contribuido a apresurar la obra del Señor?
Asignación de enseñanza 2: Las nuevas ediciones de las Escrituras
Pide a los miembros de tu grupo que consideren lo que harían si algún amigo cercano les dijera: “Deseo acercarme más a Dios. ¿Qué debo hacer?”. Después hágales las siguientes preguntas:
- • ¿Qué le dirían a su amigo?
Lee la siguiente declaración del presidente Spencer W. Kimball:
“He descubierto que cuando me he descuidado en mi relación con la Divinidad, cuando parece que ningún oído divino me escucha y que ninguna voz divina me habla, me voy lejos, muy lejos. Pero si me sumerjo en las Escrituras, la distancia se acorta y la espiritualidad vuelve” (The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. por Edward L. Kimball, 1982, pág. 135; citado en Jay E. Jensen, “‘Recuerda también las promesas’”, Liahona, enero de 1993, pág. 90).
Indica a los miembros del grupo que las palabras del presidente Kimball explican la gran necesidad que tenemos de poder acceder a las Escrituras. Invita a un alumno a leer Doctrina y Convenios 104:58–59 en voz alta. Pide al grupo que siga la lectura en silencio para determinar por qué el Señor quería que los líderes de la Iglesia publicaran las revelaciones.
- • ¿De qué modo estudiar las Escrituras nos ayuda a alargar el paso y contribuir a apresurar la obra del Señor?
Explica que, a comienzos de la década de 1970, los líderes de la Iglesia comprendieron la necesidad de que los miembros de ésta se familiarizaran más con las Escrituras y contaran con una edición estándar de la Biblia para estudiar y enseñar. En 1979, después de años de labor inspirada y diligente, la Iglesia publicó la edición oficial en inglés de la versión del rey Santiago de la Biblia en inglés. Esa Biblia contiene extensos recursos para el estudio que antes no había, entre ellos, notas al pie de página con referencias a pasajes correlacionados y otras ayudas; encabezamientos de capítulos mejorados; fragmentos de la Traducción de José Smith; la Guía Temática; y el Diccionario Bíblico. En 1981, la Iglesia publicó una nueva edición de la combinación triple en inglés que contenía notas al pie de página mejoradas, encabezamientos de capítulo, mapas y un índice. En 2009, la Iglesia publicó la edición SUD de la versión Reina-Valera de la Biblia en español.
Invita a un alumno a leer las siguientes palabras del presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles, pronunciadas un año después de la publicación de la combinación triple de 1981 en inglés. Pide a los alumnos que presten atención a la forma en que él vislumbró que las nuevas ediciones de las Escrituras bendecirían vidas e impulsarían la obra de Dios.
“Con el transcurso de los años, estas Escrituras producirán generaciones sucesivas de cristianos fieles que conocerán al Señor Jesucristo y estarán dispuestos a obedecer su voluntad.
“…Alcanzarán una erudición en el Evangelio más allá de la que sus antepasados pudieron alcanzar. Tendrán el testimonio de que Jesús es el Cristo y estarán preparados para proclamar al Señor y defenderlo” (véase “Las Escrituras”, Liahona, enero de 1983, pág. 101).
Comparte tu testimonio de que las Escrituras testifican que Jesús es el Cristo. Estudiar las Escrituras nos ayuda a obtener un testimonio de Jesucristo y contribuye a colmar nuestra vida del Santo Espíritu.
Explica que se han hecho muchos esfuerzos y se continúan haciendo a fin de ofrecer a los miembros de la Iglesia Escrituras y ayudas para el estudio que les sean de provecho en su idioma natal.
- Traten las siguientes preguntas en grupo:
- • ¿Por qué es importante el estudio diario de las Escrituras?
- • ¿De qué modo su estudio personal de las Escrituras les ha ayudado a contribuir a la obra del Señor?
Asignación de enseñanza 3: Apresurar la obra del templo e historia familiar
Pide a tu grupo que calcule cuántos templos se edificaron en los 143 años que transcurrieron desde la organización de la Iglesia en 1830 y el llamamiento del presidente Spencer W. Kimball, en 1973 (17 templos). Luego pregunta al grupo cuántos templos creen que se anunciaron o construyeron en los 40 años que transcurrieron entre 1973 y 2013 (153 templos).
Explica que la edificación de templos aumentó significativamente bajo la dirección del presidente Gordon B. Hinckley. Invita a alguien de tu grupo a leer las siguientes palabras del presidente Hinckley:
“Tengo el ferviente deseo de que haya un templo de acceso razonable para todo Santo de los Últimos Días, en todo el mundo … La obra se mueve con toda la rapidez con que nos es posible. Constantemente suplico que se pueda apresurar de algún modo a fin de que más de los de nuestro pueblo accedan con mayor facilidad a la sagrada casa del Señor” (véase “Misiones, templos y responsabilidades”, Liahona, enero de 1996, pág. 63).
Invita a un alumno a leer Doctrina y Convenios 128:15, 17 en voz alta. Pide al grupo que siga la lectura en silencio para determinar la responsabilidad que tenemos hacia nuestros antepasados. Luego lean en voz alta la siguiente declaración doctrinal expresada por el élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Tenemos la responsabilidad, adquirida por convenio, de buscar a nuestros antepasados y proporcionarles las ordenanzas salvadoras del Evangelio” (“El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 25).
Señala que la construcción de templos y los avances en la obra de historia familiar evidencian que Dios está apresurando Su obra del otro lado del velo. Invita a un alumno a leer la siguiente declaración del élder Bednar. Pide al grupo que preste atención al modo en que ellos pueden contribuir a la obra del Señor.
“No es una coincidencia que FamilySearch y otros recursos hayan salido a la luz en una época en la que los jóvenes estén tan familiarizados con una gran variedad de tecnologías de la información y la comunicación. “Ustedes tienen los dedos amaestrados para textear y twitear para acelerar y adelantar la obra del Señor, y no sólo para comunicarse rápidamente con sus amigos. Las destrezas y la aptitud que se manifiestan entre muchos jóvenes actualmente son una preparación para contribuir a la obra de salvación” (“El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 26).
- Analicen las siguientes preguntas en grupo:
- • ¿Qué experiencias positivas han tenido al hacer la obra de historia familiar o ir al templo a efectuar ordenanzas a favor de los muertos?
Vivir lo que se aprende
- Usar FamilySearch.org para encontrar antepasados que no hayan sido bautizados y confirmados. Pueden realizar el Proyecto Elías para aprender como hacerlo.
- Ir al templo para recibir esas ordenanzas por sus antepasados. Pueden organizar un Viaje al Templo para realizar este servicio.
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