Objetivo: Inspirar a los miembros de la clase a arrepentirse de sus pecados, a guardar sus convenios bautismales y a vencer la tentación, con el fin de acercarse al Salvador.
Actividad para despertar el interés
Escriba en la pizarra lo que se encuentra a continuación y pregunte a los miembros de la clase si saben lo que dice:
Explique que ésta es la palabra hebrea Mesías, que significa ungido. Los judíos habían esperado por siglos la llegada del Mesías, quien, según la profecía, sería su Rey y Libertador ungido. La palabra griega que equivale a Mesías es Cristo. Jesucristo era el Mesías que habían esperado por tanto tiempo, y Juan el Bautista fue el profeta enviado para prepararle el camino.
1. Jesús es bautizado por Juan el Bautista.
Exhiba la lámina de Juan bautizando a Jesús.
Pida a los miembros de la clase que lean Mateo 3:13–15 y analicen las siguientes preguntas:
• ¿Qué dijo Juan el Bautista cuando Jesús fue a él para que lo bautizara?
• ¿Qué le respondió Jesús?
• ¿Que significa cumplir “con toda justicia”? (Véase 2 Nefi 31:5-7.)
• ¿Por qué es necesario que nos bauticemos?
Invite a algunos de los alumnos a leer Mosíah 18:8–10 y a las demás a leer D. y C. 20:37, 79. Pídales que busquen los compromisos que hacemos cuando nos bautizamos.
Invite a los alumnos a leer tres párrafos del discurso del élder Robert D. Hales “El convenio del bautismo: Estar en el reino y ser del reino”, comenzando con “Al bautizarnos, hacemos un convenio con nuestro Padre Celestial”. Pídales que busquen los convenios que hacemos cuando nos bautizamos e invítelos a escribir lo que encuentren en la pizarra. ¿Cómo debería cambiar nuestra vida el bautizarnos? ¿Cómo ha cambiado la vida de los hermanos?
«Al bautizarnos, hacemos un convenio con nuestro Padre Celestial de que estamos dispuestos a entrar en Su reino y guardar Sus mandamientos a partir de ese momento, aun cuando sigamos viviendo en el mundo. En el Libro de Mormón se nos recuerda que nuestro bautismo es un convenio de «ser testigos de Dios [y de Su reino] en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna» (Mosíah 18:9; cursiva agregada).
Cuando comprendemos nuestro convenio bautismal y el don del Espíritu Santo, éste cambiará nuestra vida y asentará nuestra total lealtad al reino de Dios. Si al salirnos al paso las tentaciones prestamos atención, el Espíritu Santo nos traerá a la memoria que hemos prometido recordar a nuestro Salvador y obedecer los mandamientos de Dios.
El presidente Brigham Young dijo: «Al unirse a esta Iglesia, todos los Santos de los Últimos Días establecen un nuevo y sempiterno convenio. Se comprometen a dejar de sostener, defender y apoyar el reino del Diablo y los reinos de este mundo. Ingresan en un nuevo y sempiterno convenio de sostener el Reino de Dios y ningún otro. Hacen una promesa de la clase más solemne ante los cielos y la tierra y se comprometen, a cambio de su propia salvación, a sostener la verdad y la justicia en vez de la maldad y la mentira, y a edificar el Reino de Dios en vez de los reinos de este mundo».» – élder Robert D. Hales

Muestre a la clase un ejemplar de la combinación triple (el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio en un solo volumen). Pregunte a los alumnos:
• ¿De qué manera los tres libros forman uno solo?
• ¿En qué se diferencian?
• ¿En qué se compara la combinación triple a la Trinidad?
Pida a los miembros de la clase que lean Mateo 3:16–17 y anoten la evidencia que estos versículos ofrecen de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personajes distintos. Léales la siguiente declaración tomada de Lectures on Faith [“Disertaciones sobre la fe”], una recopilación que se hizo bajo la dirección del profeta José Smith:
“Observemos aquí que hay tres cosas necesarias a fin de que todo ser racional e inteligente ejerza la fe en Dios para vida y salvación.
“Primero, el concepto de que Él realmente existe.
“Segundo, un concepto correcto de Su carácter, Sus perfecciones y Sus atributos.
“Tercero, un verdadero conocimiento de que la forma en que vive esa persona está de acuerdo con la voluntad de Dios” (Lectures on Faith, 1985, pág. 38).
Después de haberles leído esa declaración, pregunte a sus alumnos:
• ¿Por qué tenemos que entender la naturaleza de Dios antes de poder tener fe en Él “para vida y salvación”?
• ¿Cómo podemos fortalecer nuestro entendimiento en cuanto a la verdadera naturaleza de Dios?
Pida a sus alumnos que lean Juan 17:3 y pregúnteles:
• ¿De qué manera se relaciona este versículo con la declaración mencionada en Lectures on Faith? [Disertaciones sobre la fe].
• ¿Qué significa eso para ustedes?
Lean Alma 34:38 y pregúnteles:
• ¿Qué relación deberíamos tener con los miembros de la Trinidad?
• ¿Qué podemos hacer ahora para cultivar dicha relación?
2. Jesús vence las tentaciones de Satanás en el desierto.
Coloque una naranja en un envase transparente lleno de agua (debería entonces flotar). Pida a los alumnos que adivinen por qué flota. Pele la naranja y sáquele la parte central y vuelva a colocar la naranja en el agua (esta vez debería sumergirse). Pregúnteles:
• ¿Qué hizo que la naranja flotara?
• ¿Cómo podemos comparar la cáscara de la naranja a nuestra capacidad para resistir las tentaciones en el día de hoy?
Poco después de Su bautismo, Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para estar con Dios (Traducción de José Smith, Mateo 4:1). Pida a los miembros de la clase que lean Mateo 4:1–11 (nótense los cambios en la Traducción de José Smith: Mateo 4:1, 5–6, 8–9, Mateo 4:11).
• ¿Qué hizo el Salvador para vencer la tentación? (Ayunó, procuró estar junto a Dios, citó verdades mencionadas en las Escrituras y se alejó del tentador y del lugar de las tentaciones; véase también D. y C. 20:22).
• ¿Qué clase de tentaciones emplea Satanás para “sacar la cáscara” de protección a los justos?
• ¿A qué deseo trató de apelar Satanás cuando tentó a Jesús, quien había estado ayunando, a convertir las piedras en pan? (Véase Mateo 4:2–3. Trató de apelar al deseo de satisfacer el apetito físico.) ¿De qué manera nos tienta Satanás a dejarnos vencer por nuestros apetitos físicos? ¿Cómo podemos reconocer y resistir esas tentaciones?
• Satanás trató de apelar al orgullo cuando tentó a Jesús a echarse del pináculo y probar que tenía el poder para ser salvado por ángeles (Mateo 4:5–6). ¿De qué manera trata Satanás de apelar a nuestro orgullo? ¿Cómo podemos reconocer y vencer la tentación de satisfacer los deseos que sean motivados por el orgullo?
• ¿Qué le ofreció Satanás a Jesús si éste le adoraba? (Véase Mateo 4:8–9.) ¿Cómo nos tienta Satanás con las riquezas y el poder del mundo? ¿Cómo podemos reconocer y resistir esas tentaciones? (Véase Mateo 4:10.)
Léales la siguiente declaración del élder David O. McKay cuando era miembro del Quórum de los Doce:
“Ahora bien, casi todas las tentaciones que se nos presentan, a ustedes y a mí, vienen en una de esas formas. Clasifíquenlas y encontrarán que bajo una de esas tres prácticamente cada una de las tentaciones que nos manchan, por poco que sea, nos llega como (1) una tentación de los apetitos; (2) el ceder al orgullo, a la moda y a la vanidad de aquellos que están alejados de las cosas de Dios; o (3) la satisfacción de las pasiones, el deseo de adquirir las riquezas del mundo o el poder entre los hombres” (en “Conference Report”, octubre de 1911, pág. 59).
Hágales recordar la analogía de la naranja y pregúnteles:
• ¿En qué condiciones queda el fruto de la naranja después de haber perdido su cáscara protectora?
• ¿Por cuánto tiempo se conservará saludable y dulce la fruta sin su cáscara en comparación con la que la conserva?
• Si sucumbimos a la tentación, ¿hay alguna forma en la que podamos recuperar la protección divina? ¿Cuál es?
Lean Mosíah 26:29–32 y pregúnteles: ¿Qué podemos hacer si Satanás traspasa algo de nuestra protección y nos vencen las tentaciones?
4. Algunos de los discípulos de Juan el Bautista deciden seguir a Jesús.
Lean y analicen los versículos de Juan 1:35–51 que usted haya seleccionado.
• Cuando Jesús inició Su ministerio mortal, ¿qué fue lo que Juan el Bautista instó a sus propios discípulos a hacer? (Véase Juan 1:35–37.) ¿Qué hizo Jesús cuando vio que le seguían dos de los discípulos de Juan el Bautista? (Véase Juan 1:38–39.)
• ¿Qué hizo Andrés cuando escuchó y reconoció al Salvador? (Véase Juan 1:40–42.) Después de recibir un testimonio de que Jesús era el Mesías, ¿cómo respondió Felipe a las dudas de Natanael? (Véase Juan 1:43–46.) ¿Qué podemos hacer nosotros para invitar a otros a venir y ver al Salvador?
Conclusión
Testifique que la invitación “…Ven y ve” al Salvador se extiende a cada uno de nosotros. Explique que la manera de aceptar esa invitación es arrepentirnos, bautizarnos, guardar nuestros convenios bautismales y vencer la tentación.
LES AGRADEZCO BASTANTE ES DE MUCHA AYUDA, ME ENCANTARÍA SI PUDIERAN PUBLICAR LAS LECCIONES ANTES DE CADA CLASE, POR EJEMPLO LA SIGUIENTE LECCIÓN ES LA NUMERO 5 NACER DE NUEVO, LES ROGARIA QUE LO PUBLIQUEN COMO AYUDA ADICIONAL A PREPARACIÓN DE CLASES… GRACIAS, LES AMO
excelente mil gracias es una bendicion tu leccion
aprendo mucho con tu material adicional.