El Libro de Mormón se escribió para nuestros días. Testifica de Jesucristo, contiene la plenitud del Evangelio y restaura verdades que se perdieron con la Apostasía. José Smith enseñó que el Libro de Mormón es “la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro” (Introducción del Libro de Mormón).
- Considere sus sentimientos sobre el Libro de Mormón. ¿De qué manera le ha acercado a Jesucristo? ¿Cómo obtuvo su testimonio del Libro de Mormón? ¿De qué manera le ha ayudado ese conocimiento en su vida?
- Piense en las jóvenes que hay en su clase. ¿Qué experiencias han tenido ellas con el Libro de Mormón? ¿Cómo podría fortalecerlas el hecho de tener un testimonio de su veracidad en sus años de adolescencia y en el futuro?
Ponganse como clase la meta de leer el Libro de Mormón durante este año. Pueden utilizar estos marcadores para llevar un registro de lectura. Pueden enviarse mensajes en la noche sobre lo que más les gustó de la lectura del día. También pueden participar del desafío de leer todo el Libro de Mormón en el mismo tiempo que José Smith tardó en traducirlo. Él comenzó a traducir el 7 de Abril y finalizó el 30 de Junio de 1829. Esto es 55 días. El libro actual tiene 531 páginas, por lo que si lo dividimos en 55 días son 9,7 páginas por día! Esto puede utilizarse como el Proyecto del Valor Virtud.
Pida a la joven a quien se lo haya asignado previamente que lea el trozo titulado “La meditación no es absurda”:
“En pequeña escala, aprendí la forma en que todos los santos hombres de Dios llegan a conocer a Dios y al evangelio. No se trata de un don que se da a un pequeño grupo selecto, sino de una bendición que se basa en el principio de la obediencia, las largas horas de dedicación y el estudio.
“Al leer las Escrituras… aprendí algunos detalles esenciales de la meditación y la indagación.
“1. Orar siempre antes de empezar a leer las Escrituras. Es preciso concentrarse y estar libre de todo lo mundano. Además, se debe orar mientras se lee, cuando ciertos conceptos del evangelio iluminan el alma o cuando surgen interrogantes. No debemos vacilar en dirigirnos a nuestro Padre.
“2. Tener siempre a mano lápiz y papel mientras se lee. Esta es una actividad estimulante y muchas veces la mente un poco confusa se llena de buenas ideas, metas y pensamientos interesantes.
“3. ¡Ir despacio! Este estudio no es una carrera. Ya no es necesario terminar una cantidad determinada de capítulos antes de ir a acostarse; se puede pasar varios días estudiando un capítulo o un versículo. Si aprendemos pasajes de memoria, brotarán de éstos significados escondidos que no habíamos reconocido, sentidos que tienen aplicación a nuestra vida actual.
“4. Hacer preguntas mientras se lee… Indagar y después suplicar al Señor. Al hacer preguntas, las puertas de mi corazón se abrieron y dieron entrada al Espíritu Santo para que morara en mí.
“5. Meditar. Durante el día, detenerse varias veces en lo que se esté haciendo y meditar sobre ese concepto que se ha tratado de entender. Por ejemplo, si consideramos la idea ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’, debemos repetirnos mentalmente el pasaje, llevar el pensamiento escrito en un pequeño trozo de papel y evaluar cada una de nuestras acciones de acuerdo con él.
“Para todo esto, es necesario obligarse a dedicarle tiempo; es un acto de renovación diaria. Al renovar así nuestro punto de vista, tenemos la recompensa de ver que nuestra vida sigue una dirección nueva e incluso de recibir revelación diariamente.
“Esa meditación nos lleva a adquirir una comprensión verdadera y más profunda del evangelio, de nuestra misión y de la gloria de Dios. Al reflexionar, muchas veces preparamos el camino para que la dulce paz del Espíritu Santo entre en nuestro corazón y nos ilumine todo el ser con la verdad…
“El presidente Joseph Fielding Smith dijo:
‘Toda mi vida he estudiado y meditado sobre los principios del evangelio y he procurado vivir de acuerdo con las leyes del Señor. Como resultado de ello, mi corazón se ha llenado de un gran amor por El y por Su obra, y también por todos los que tratan de llevar a cabo Sus propósitos en la tierra’ (“Conference Report”, oct. de 1971, pág. 6; cursiva agregada).
“Dedicar tiempo a la meditación. Esto es la clave para recibir gozo y conocimiento increíbles acá en la tierra.
“El Salvador dijo: ‘…Os dejo estas palabras para que las meditéis en vuestro corazón, junto con este mandamiento que os doy, de llamarme mientras estoy cerca.
“ ‘Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros…’ (D. y C. 88:62–63)” (Susan Hill, “Pondering Isn’t Preposterous”, New Era, mayo de 1976, págs. 49–50).
“Muchos descubren que el mejor momento para estudiar es por la mañana, después de haber descansado a la noche… Otros prefieren los silenciosos momentos después que se ha concluido con el trabajo y los afanes del día… Acaso más importante que el momento del día, sea tener un horario establecido para estudiar con regularidad” (véase Howard W. Hunter, “El estudio de las Escrituras”, Liahona, enero de 1980, pág. 97).
Me encanta el libro de mormón, me llena de amor y responde a todas las preguntas de mi atribulado corazón. Cuando me desanimo, Él me fortalece, cuando siento que no puedo más, el libro de mormón me alienta a seguir adelante con fe. Este libro ha sido mi compañero fiel donde quiera que valla. Me ha ayudado a permanecer firme en la fe así como una barra de hierro que conduce a un fruto deleitable. Siento mucho más amor por los que me rodean y ese amor viene de Jesucristo, mi redentor. Por nada del mundo dejaré de leerlo, pues no hay ningún otra cosa en este mundo que me ofrezca o me acerque más a la paz y el gozo que siento que cuando lo leo. Al empezar a leerlo sentía que no comprendía sus palabras, a medida que le pedía al señor mayor compresión, él me la daba y aveces terminaba llorando al sentir que lo estaba logrando. Cada enseñanza que de ahí aprendo me da las fuerzas para vencer las tentaciones que tanto me asedian y cuando llegan recuerdo una escritura que me ayuda a reconocer la voz del espíritu. Desde que lo leí he tenido mucha más hambre de conocer más y más y sé que a medida yo aprenda más sobre mi Dios y mi salvador el pecado tiene menos poder en mi vida, no seré engañado por las astucias de Satanás y seré libre de acuerdo con la libertad que mi Padre Celestial Me ha dado. Amo este evangelio, sé que es verdadero con todo mi corazón y sé que Jesucristo vive que es mi abogado ante el Padre y que tiene un cuerpo de carne y hueso como yo lo tengo, lo Amo y soy su discípulo y lo comparto con mucho amor en su Nombre Sagrado, sí, Jesucristo Amen.
He visto en algunos sitios en inglés que hacen páginas imprimibles para estudiar el libro de mormon (como esta: https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/6c/65/78/6c6578ef0cce4796e788964210a43cf1.jpg). Será podible que hagan algo parecido en español. De antemano muchisimas gracias por todo el material!