La castidad es pureza sexual e implica el ser moralmente limpias en nuestros pensamientos, palabras y acciones. La intimidad sexual es ordenada por Dios para la creación de los hijos y la expresión del amor entre el esposo y la esposa. Dios ha mandado que la intimidad sexual se reserve para el matrimonio. Cuando somos puras sexualmente, somos dignas de la compañía del Espíritu Santo y estamos protegidas contra el daño emocional y espiritual del pecado sexual.
- ¿Cómo le ha bendecido vivir la ley de castidad?
- ¿Qué doctrinas ayudarían más a las jovencitas a sentir la importancia de la castidad? ¿A qué enseñanzas falsas están expuestas que reducen la importancia de la castidad?
Presentar la doctrina
El hermano Evan Stephens (pronúnciese “Stevens”), que hace muchos años era director del Coro del Tabernáculo, después de dirigir el coro durante una sesión de la conferencia general, se sentó esperando con gran interés el discurso del presidente Joseph F. Smith. Las palabras del Profeta lo conmovieron mucho, pues se refirió a los jóvenes, a las presiones del mundo que deben soportar y a la importancia de que se mantengan fieles a las enseñanzas del evangelio. Al terminar la sesión, el hermano Stephens se fue a caminar por un cañón cercano a la ciudad de Salt Lake, meditando sobre las palabras inspiradas del Presidente. Estando junto al arroyo, se sentó “en una roca que se hallaba firmemente asentada a pesar de la intensa presión del agua que corría caudalosamente”; esa roca le pareció un símbolo de lo que había escuchado esa mañana y, de pronto, le brotaron las palabras y la música de lo que llegaría a ser uno de los himnos preferidos de la juventud. Mientras se hallaba sentado en aquella roca, escribió la letra y compuso la música de “Firmes creced en la fe”, porque él, al igual que el Profeta, amaba a los jóvenes; más adelante dijo que ese himno era su “consejo espiritual para la juventud” (Adaptado de la obra de J. Spencer Cornwall, Stories of Our Mormon Hymns, Salt Lake City: Deseret Book Company, 1963, págs. 173–174).
Entregue a las jóvenes los himnarios y dígales que busquen “Firmes creced en la fe”; pídales que se turnen para leer las cuatro estrofas y el coro del himno.
• ¿Qué mensaje quiso expresar el compositor?
Aprender juntas
Entonces el presidente Kimball aconsejó a los jóvenes de la siguiente manera: “La inmoralidad no comienza por el adulterio ni la perversión, sino por las pequeñas indiscreciones, como el tener pensamientos o conversaciones sobre temas sexuales, el besuqueo apasionado, los manoseos, aumentando un poco más cada vez. Las pequeñas indiscreciones parecen insignificantes comparadas con el cuerpo fuerte, la mente firme y el dulce espíritu del joven que cede ante ellas. Pero muy pronto lo fuerte se convierte en débil, el maestro en esclavo, y el desarrollo espiritual queda truncado. Pero si el primer acto incorrecto jamás echa raíces, entonces el árbol crecerá hasta alcanzar una hermosa madurez y la vida del joven se desarrollará en dirección hacia Dios, nuestro Padre” (“Vestíos de toda la armadura de Dios … “ Liahona, feb. de 1981, pág. 188).
• Además de la ayuda que recibamos de nuestro Padre Celestial, ¿a cuáles otras podemos recurrir en nuestros esfuerzos por vivir con rectitud?
Escriba en la pizarra lo que las alumnas contesten. Entre las respuestas probablemente mencionen estas ideas: Sus padres y otros familiares, el Espíritu Santo, las Escrituras, los líderes del sacerdocio (locales) y de la Iglesia, los buenos amigos. Pídales que den ejemplos de casos en los que empleen esos recursos para conducirse correctamente, y que cuenten experiencias que hayan tenido al tratar de vivir con rectitud en medio de las presiones del mundo.
“Los buenos hábitos no se adquieren simplemente haciendo buenas resoluciones, a pesar de que el pensamiento precede a la acción, sino que se desarrollan en el taller de nuestra vida diaria. El carácter no se edifica en los grandes momentos de prueba y tribulación; allí sólo se pone de manifiesto. Los hábitos que dirigen nuestra vida y forman nuestro carácter se forman en la a menudo tranquila y común rutina diaria y se adquieren por la práctica” (Delbert L. Stapley, “Los buenos hábitos desarrollan un buen carácter”, Liahona, jun. de 1975, pág.30).
Escriba en la pizarra la siguiente cláusula: “La___________ es el conocimiento de las cosas como________ , como__________ y como____________”. Diga a las alumnas que busquen Doctrina y Convenios 93:24 para encontrar las palabras que faltan en esta definición. Después que las hayan mencionado, dígales que marquen ese versículo y pida a una de ellas que lo lea en voz alta.
Refiriéndose a ese versículo, hágales comprender que la verdad eterna no cambia. La verdad que Dios nos ha revelado en esta tierra es la misma que se nos enseñó en nuestra vida premortal y seguirá siendo la misma eternamente. Nunca cambia.
• ¿Cuáles son algunas de las bendiciones que se reciben por llevar una vida virtuosa y recta? ¿Por qué son esos elementos más importantes que recibir el honor de las alabanzas y la gloria del mundo?
“No procuren meramente desechar un mal hábito o un mal pensamiento, sino reemplácenlo con otros buenos. Si al intentar eliminar un mal hábito dejamos desocupado y libre el lugar donde solía estar, volverá a introducirse a hurtadillas en ese espacio vacío. Allí creció y luchará por mantenerse en ese sitio. Una vez que lo desechen, llenen el espacio que deje libre. Reemplácenlo con algo bueno, con pensamientos libres de egoísmo, con actos de abnegación. Entonces, si un mal hábito o una adicción procura volver, tendrá que luchar para que se le preste atención. Puede que a veces gane. Muchas veces a los malos pensamientos hay que desalojarlos cien veces o mil veces. Pero aun cuando tengan que desalojarlos diez mil veces, nunca se rindan a ellos. Tienen la responsabilidad de cuidarse. Les repito, es muy, muy difícil eliminar un mal hábito procurando meramente desecharlo; deben reemplazarlo con uno bueno” (“To the One”, en Speeches of the Year, 1978, Provo: Brigham Young University Press, 1979, pág. 39).
• ¿Han tenido dificultades alguna vez para vencer un mal hábito?
• ¿Cómo creen que los consejos del élder Packer podrían ayudarlas?
Dé a cada una de las alumnas una hoja de papel y un lápiz. Ínstelas a poner por escrito sus propias resoluciones con respecto a normas para salir con jóvenes del sexo opuesto. Sugiérales que anoten esas resoluciones también en sus diarios y que las pongan donde puedan servirles de recordatorio constante para conservar su pureza personal por medio del recto vivir.
La castidad: ¿Dónde están los límites?
Se aconseja a los jóvenes Santos de los Últimos Días a permanecer sexualmente limpios pero, ¿dónde están los límites? Apoyándose en enseñanzas de profetas modernos, esta presentación explica cómo hallar paz y felicidad permaneciendo castos.
Vivir lo que se aprende
Completar una de las experiencias del valor Virtud