“Que el significado verdadero del Evangelio destile hacia nuestro corazón, para que nos demos cuenta de que esta vida, que Dios nuestro Padre nos ha dado, ha de ser dedicada al servicio de los demás”. Gordon B. Hinckley
Nuestra vida es un don de Dios y debe emplearse para servir a los demás.
- El presidente Hinckley enseñó que nuestra vida es un don de Dios que debe emplearse para servir a los demás (véase la sección 1). ¿Cómo podemos hacer del servicio a los demás un modo de vida? ¿Qué piensa que significa servir con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios? ¿En qué manera le ha bendecido el servicio que ha prestado a otra persona?
- Pida a una hermana que cuente una experiencia que haya tenido al aprender a amar a alguien. ¿En qué forma podemos cultivar una relación más profunda, incluso con los miembros de nuestra propia familia, mediante el servicio?
- Invite a las hermanas a leer Juan 13:34–35 y pídales que busquen imágenes del Libro de obras de arte del Evangelio, o en una revista de la Iglesia, que muestren al Salvador o a otras personas servir con amor. Invítelas a mostrar sus imágenes a la clase y a explicar lo que han aprendido de la ilustración acerca del servicio semejante al de Cristo.
- Pregunte a las hermanas si alguna vez alguien las ha rescatado físicamente en un momento difícil. ¿Qué sintieron por la persona que les ayudó? Vean el video “Al rescate de los necesitados” e invite a las hermanas a analizar lo que aprendan del discurso del presidente Monson respecto a servir al prójimo como lo hizo el Salvador.
El servicio es la mejor medicina para la autocompasión, el egoísmo, la desesperación y la soledad.
- ¿En qué manera nos ayuda el servicio a superar la autocompasión, el egoísmo y la soledad? (Véase la sección 2). ¿De qué forma le ha hecho feliz el prestar servicio? Mientras lee la descripción del presidente Hinckley de las personas necesitadas, determine cómo su familia y usted pueden extender la mano a los demás para servirles.
- ¿Qué experiencias ha tenido usted al dedicarse a servir a otras personas? ¿En qué se relacionan la felicidad y el servicio? El servicio a los demás ¿de qué modo nos ayuda a vencer el egoísmo, la infelicidad o la depresión? ¿Cómo nos libramos de malos sentimientos al servir a las personas hacia quienes los tenemos?
- Invite a las hermanas a compartir experiencias que hayan tenido recientemente al servir a los demás (especialmente a miembros de su propia familia). ¿Cómo les afectó ese servicio a ellas? ¿Cómo afectó a los demás?
Cuando extendemos la mano para servir a los demás, nos encontramos a nosotros mismos.
- ¿Por qué el hecho de perdernos en el servicio a los demás nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos? (Véase la sección 3). ¿Qué podemos aprender de las experiencias que aparecen en la sección 3?
- El Señor enseñó que “el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:25). ¿Qué tiene que ver eso con el servicio? ¿Qué bendiciones eternas se reciben por prestar servicio abnegado a los demás? ¿Qué diferencia existe entre prestar servicio porque se nos manda o hacerlo porque así lo deseamos? (Véase D. y C. 58:26.)
- En su discurso “Él nos pide que seamos Sus manos”, la hermana Cheryl A. Esplin cuenta la historia de una líder de Mujeres Jóvenes que animó a cada jovencita a acercarse a otros para “conocerlos y brindarles servicio—desháganse de los espejos y miren por la ventana”. A fin de ayudar a las hermanas a entender este principio, podría realizar la actividad que se describe en el discurso, usando un espejo y algo que represente el marco de una ventana. ¿Por qué piensan las hermanas que es importante para nosotros centrarnos en los demás en vez de en nosotros mismos cuando servimos? También podría invitar a las hermanas a que mediten y anoten las respuestas a las cuatro preguntas de la lista que la hermana Esplin hace al final de su discurso.
La Iglesia brinda muchas oportunidades para prestar un servicio desinteresado.
- El presidente Hinckley aconsejó: “Piérdanse en la mejor causa del mundo: la causa del Señor” (sección 4). ¿Qué bendiciones ha aportado a su vida el servicio en la Iglesia?
- Haga dos columnas en la pizarra tituladas “Alma” y “Amulek”. (Las hermanas también podrían disfrutar representar a Alma y a Amulek con dibujos sencillos). Pida a la clase que busquen en el discurso del presidente Dieter F. Uchtdorf, “Aprendan de Alma y Amulek”, para ver maneras en las que Alma y Amulek sirvieron a otras personas. Cuando un miembro de la clase encuentre algo, pídale que lo escriba en la pizarra. ¿Cómo pueden las hermanas seguir el ejemplo de Alma y Amulek? Como clase, analicen las columnas.
- Invite a las hermanas a leer el mensaje del presidente Thomas S. Monson “El llamado del Salvador a prestar servicio”, buscando una cita que podrían compartir para prestar servicio fielmente en los llamamientos de la Iglesia. Pida a los miembros de la clase que compartan sus citas y el por qué encontraron significativo el consejo del presidente Monson. ¿Cómo van a aplicar lo que aprendieron en sus llamamientos, tanto ahora como en el futuro?
Quiero el material para dar la clase capítulo 14 del manual de enseñanzas del los presidentes Gordon B. Hinckey