Mujer en el pozo - Agua viva Mujer en el pozo - Agua viva

“Nacer de nuevo”

Objetivo: Ayudar a los miembros de la clase a comprender que a fin de recibir la vida sempiterna, debemos “nacer de nuevo” y continuar siguiendo a Jesucristo.


 

Actividad para despertar el interés

Muestre la planta saludable y la marchita o dibújelas en la pizarra como se muestra a continuación. Muestre también la jarra con agua.

• ¿Qué le sucede a una planta cuando no recibe agua? ¿Qué nos sucede a nosotros cuando no tomamos agua?

Explique que así como nosotros moriremos físicamente si no recibimos agua física, moriremos espiritualmente si no recibimos agua espiritual. En esta lección se habla de las enseñanzas de Jesús acerca de nacer del agua y del Espíritu y acerca del agua viva que Él ofrece.

 

1. Jesús enseña a Nicodemo que todos deben nacer del agua y del Espíritu para entrar en el reino de Dios.

Explique que Nicodemo era un líder en la comunidad judía; acudió a Jesús con el conocimiento de que Él “…había venido de Dios como maestro” (Juan 3:2).

• ¿Qué le enseñó Jesús a Nicodemo que debía hacer para entrar en el reino de Dios? (Véase Juan 3:5.) ¿Qué significa “…[nacer] del agua”? (Juan 3:5; ser bautizado.) ¿De qué manera es el bautismo un símbolo de nacer de nuevo? (El ser sumergido en el agua simboliza la muerte o la sepultura de nuestros pecados anteriores; cuando salimos del agua, comenzamos una nueva vida.) ¿Qué significa “…[nacer] del Espíritu” (Juan 3:5; recibir el don del Espíritu Santo).

«Podemos cambiar nuestra conducta; incluso nuestros deseos pueden cambiar ¿Cómo? Solamente hay una manera. El verdadero cambio, el cambio permanente, sólo viene mediante el poder sanador, limpiador y habilitador de la expiación de Jesucristo. Él los ama, ¡a cada uno de ustedes!. Él les permite tener acceso a Su poder conforme guarden Sus mandamientos con firmeza, sinceridad y exactitud. Es así de sencillo y de seguro. ¡El evangelio de Jesucristo es un Evangelio de cambio!» – Élder Russell M. Nelson

• El élder Bruce R. McConkie enseñó que “los miembros de la Iglesia no nacen de nuevo por el simple hecho de ser bautizados” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1966–1973, tomo 1, pág. 142). Además de ser bautizados y de recibir el don del Espíritu Santo, ¿qué más se requiere para nacer de nuevo? (Véase Juan 3:16, 18; Mosíah 5:1–7; 27:25–26; Alma 5:14–35; 22:15–18. Si lo desea, puede pedir a los miembros de la clase que marquen las frases en estos versículos que se relacionen con el nacer de nuevo. A continuación se da una lista como muestra. Señale que los versículos del Libro de Mormón aclaran lo que significa nacer de nuevo.)

a. Creer en Jesucristo (Juan 3:16, 18).
b. Experimentar “…un potente cambio en… nuestros corazones, por lo que ya no tenemos más disposición a obrar mal, sino a hacer lo bueno continuamente” (Mosíah 5:2; véase también Alma 5:12–14, 26).
c. “Ser cambiados de su estado carnal y caído, a un estado de rectitud” (Mosíah 27:25).
d. Llegar a ser “…hijos e hijas de [Dios]” (Mosíah 5:7; 27:25).
e. “[Llegar] a ser nuevas criaturas” (Mosíah 27:26).
f. “[Tener] la imagen de Dios grabada en [nuestros] semblantes” (Alma 5:19; véase también el versículo 14).
g. Arrepentirnos para que nuestros vestidos sean “…purificados hasta quedar limpios de toda mancha, mediante la sangre de [Cristo]” (Alma 5:21; véase también Alma 5:19, 33–34; 22:18).

• El élder McConkie también enseñó que el nacer de nuevo “…no sucede en un instante. Es un proceso” (“Jesus Christ and Him Crucified”, en 1976 Devotional Speeches of the Year, pág. 399). ¿Qué podemos hacer para continuar este proceso durante el transcurso de nuestra vida? (Véase 2 Nefi 31:19–20.) ¿Cómo podemos vencer el desánimo o los reveses en nuestro progreso espiritual? ¿Qué cambios han observado en sí mismos o en otra persona durante el proceso de nacer de nuevo?

• Pida a un miembro de la clase que lea en voz alta Juan 3:14–18. ¿Cómo se relacionan estas verdades acerca de la misión del Salvador con Su mandamiento de nacer de nuevo?

• Jesús se valió de los conceptos de la luz y la obscuridad para enseñar a Nicodemo (Juan 3:19–21). ¿Por qué algunas personas escojen la obscuridad en lugar de la luz? ¿Cómo podemos conservar la capacidad de amar la luz y aborrecer la obscuridad? ¿Qué promesas ha hecho el Señor a los que vengan a la luz? (Véase D. y C. 50:24; 88:67.)

2. Jesús enseña a una mujer samaritana en el pozo de Jacob.

Lean y analicen los versículos de Juan 4:1–42 que usted haya seleccionado.

Mapa de palestina

Muestre el mapa de Palestina y explique que cuando Jesús y Sus discípulos viajaban de Judea a Galilea (puede señalar estos lugares en el mapa), se detuvieron a descansar en el pozo de Jacob en Samaria. Mientras Jesús estaba sentado junto al pozo, llegó una mujer samaritana a sacar agua.

Mujer samaritana en el pozo de agua

Muestre la lámina de la mujer en el pozo. Si va a mostrar el segmento de video “La mujer en el pozo”, hágalo ahora.

Lean o cuente con sus palabras el siguiente relato compartido por el hermano MATTHEW HEAPS de Servicios de Bienestar de la Iglesia:

Mi empleo me lleva a comunidades de todas partes del mundo donde la gente no tiene acceso a agua potable. Nuestro grupo trabaja conjuntamente con los gobiernos y residentes locales a fin de proporcionarles fuentes viables de agua potable que preserve la vida, tales como pozos y manantiales, o represas de agua de lluvia.

Esos proyectos para suministrar agua mejoran considerablemente la calidad de vida; hay una drástica mejoría en la salud debido a que el agua potable evita que se contraigan fiebre tifoidea, cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua. La economía también mejora ya que los padres y los hijos, quienes previamente pasaban el tiempo transportando agua, ahora pueden dedicarse al trabajo y a los estudios. Aun en las comunidades que tienen numerosos y diversos problemas, la gente siempre dice que lo que más le gustaría tener es agua potable.

El Salvador pasó el comienzo de Su ministerio terrenal en una época y un lugar donde la gente dependía de los pozos para el suministro de agua. Al enseñar a la mujer en el pozo diciéndole que “…el que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás” (Juan 4:14), ¿nos estaba enseñando a nosotros también que Su evangelio sacia permanentemente nuestras necesidades más básicas? Yo creo que sí.

Siempre le estaré agradecido a la mujer de Kenya, África, que me enseñó en cuanto a estar dispuesto a esforzarse para obtener agua. La conocí en una celebración después de que se instaló un pozo en la comunidad. Con gratitud me dijo que el nuevo pozo reduciría su recorrido diario para buscar agua de catorce kilómetros a un kilómetro y medio; rebosaba de alegría por las oportunidades que ahora tendría.

No pude evitar pensar cómo me sentiría si yo tuviera que caminar un kilómetro y medio para conseguir agua. Me impresionó el hecho de que ella dejara todo de lado, desde sus quehaceres domésticos hasta su trabajo en el huerto, mientras iba a buscar agua. Ella sabía que no podía terminar las demás tareas sin el agua. Reflexioné en lo pesado de su carga. Se necesita fuerza y perseverancia para transportar agua; sin embargo, por el bienestar de su familia, estaba dispuesta a caminar catorce kilómetros todos los días a fin de conseguirla.

Me pregunto si aquellos de nosotros que sacamos agua de los grifos de nuestros hogares a veces esperamos venir a Cristo con la misma facilidad con la que se da vuelta una llave para llenar un vaso de agua. ¿O estamos dispuestos a dejar de lado otras tareas, incluso las importantes, para procurar conocer a Jesucristo y a Su Padre?

Sé que el pozo de agua viva que nos proporciona el Salvador nunca se seca, es puro y da vida. Cuando acudamos a Él con un recipiente vacío, Él lo llenará; y con frecuencia, más allá de nuestra capacidad para recibir. Él es en verdad el agua viva, una manifestación del amor de Dios.

• ¿Cómo cambió la mujer samaritana a medida que le enseñaba Jesús? ¿De qué manera ayudó Jesús a llevar a cabo ese cambio? (Entre las respuestas se podría mencionar que Él le enseñó a su nivel de comprensión, que testificó de sí mismo, que usó con poder el símbolo del agua y que demostró compasión por ella.) ¿Cómo podemos seguir Su ejemplo cuando enseñemos a otras personas?

• Jesús le dijo a la mujer samaritana que Él podía darle “agua viva” (Juan 4:10). ¿Qué piensan ustedes que significa la frase “agua viva”?

  • El agua viva es el evangelio de Jesucristo.
  • “…la fuente de aguas vivas… [es] una representación del amor de Dios” (1 Nefi 11:25).
  • El agua viva nos brinda “vida eterna” (Juan 4:14; D. y C. 63:23).

Para más información sobre este tema, véase 1 Nefi 8; 11; y Richard G. Scott, “El poder transformador de la fe y del carácter”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 43.

“¿Desean participar de esa agua viva [de la que se habla en Juan 4:14] y experimentar dentro de ustedes esa divina fuente de agua que brota para vida eterna? Entonces, no tengan temor y crean con todo el corazón. Cultiven la fe inquebrantable en el Hijo de Dios y eleven el corazón en ferviente oración. Llenen la mente de conocimiento sobre Él; abandonen sus debilidades; vivan en santidad y en armonía con los mandamientos. Beban en abundancia del agua viva del evangelio de Jesucristo”. – élder Joseph B. Wirthlin

¿Cómo podemos obtener agua viva? ¿En qué forma les ha bendecido esa agua viva?

Kathleen H. Hughes, ex Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, ayudó a responder esa pregunta en su discurso de conferencia general “Bendecidos con el agua viva”, Liahona, mayo de 2003, pág. 13.

  1. El agua viva nos sana por medio del poder del Espíritu Santo.
  2. El agua viva nos nutre y nos sostiene (véase Mateo 11:28).
  3. El agua viva trae paz y gozo (véase Juan 14:27; D. y C. 101:16)

Lean 1 Nefi 11:25  y analicen la relación que existe entre la fuente de aguas vivas y el árbol de la vida.

• La mujer samaritana había ido al pozo a sacar agua (Juan 4:7); no obstante, después de hablar con Jesús, dejó su cántaro en el pozo y fue a hablarles a los demás acerca de su experiencia (Juan 4:28–29). ¿Qué podemos aprender de su ejemplo?

• ¿De qué manera fueron bendecidas otras personas a causa de la fe de la mujer samaritana? (Véase Juan 4:39–42.) ¿En que forma han sido bendecidos ustedes o han visto que otras personas han sido bendecidas por creer en el Señor? ¿Cómo puede nuestra fe afectar a los que nos rodean?

Conclusión

Si utilizó la actividad para despertar el interés, exhiba de nuevo las plantas y la jarra con agua. Explique que así como las plantas necesitan agua para vivir, nosotros debemos seguir al Salvador y Sus enseñanzas para nacer de nuevo y obtener la vida eterna.

Testifique en cuanto a las verdades que han analizado durante la lección. Inste a los miembros de la clase a buscar a Jesucristo, a seguirle y a continuar en el proceso de nacer de nuevo.

Sobre Conexión SUD

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