Objetivo: Animar a los miembros de la clase a participar en la gran obra de Dios del recogimiento de Israel en los últimos días y a llevar Su ley escrita en el corazón.
Explique que Jeremías, aun cuando brindó pocos mensajes de esperanza a la gente de su época, previó una era de esperanza durante el recogimiento de Israel en los últimos días. Esta lección trata de las profecías de Jeremías sobre ese grandioso recogimiento de los últimos días en el que somos participantes en la actualidad.
1. Jeremías prevé en su época el recogimiento de Israel en los últimos días.
Escriba en la pizarra las palabras pescadores y cazadores. Pida a los alumnos que expliquen lo que hacen ellos, qué preparativos y equipo necesitan y cuánto esfuerzo, tiempo y concentración se requieren para cazar y pescar.
Escriba en la pizarra la palabra misioneros y trace líneas para conectar esa palabra con las palabras pescadores y misioneros. Lean Jeremías 16:16 y pregunte:
• ¿En qué son similares la obra misional y la caza y la pesca?
Invite a los hermanos a que muestren fotografías de misioneros de tiempo completo de su familia (o véase El libro de obras de arte del Evangelio, 109–110). Pídales que hagan una lista de las cualidades o los atributos que una persona necesita para ser un misionero. ¿Cuál de estas cosas pueden obtener los hermanos ahora mismo? Ayúdelas a comprender que no necesitan que se les llame como misioneros de tiempo completo para poder compartir el Evangelio.
Si es posible, invite a un ex misionero a hablar de las experiencias que haya tenido al buscar a personas que tuvieran interés en conocer la verdad. Si lo desea, entregue a cada alumno una copia de las siguientes declaraciones y analícenlas juntos como clase.
El élder LeGrand Richards, miembro fallecido del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo:
“¿Dónde encontramos a esos pescadores y cazadores de los que leemos en esta gran profecía de Jeremías? Son [los] misioneros de esta Iglesia, y los que les han precedido desde el momento en que el profeta José Smith recibió la verdad y envió mensajeros para compartirla con el mundo. Y así han salido a pescar y a cazar y a recoger a los santos de entre los montes y las montañas y en las cavernas de las rocas” (Ensign, junio de 1971, pág. 99).
El élder L. Tom Perry, un apóstol, dijo:
“Ahora, la necesidad de que aumente el número de misioneros de tiempo completo es más grande que nunca. Y de nuevo emitimos el llamado a todo joven digno para que escuche la voz del profeta y sirva como misionero regular. Exhortamos a todos los obispos y presidentes de rama a asegurarse de que todo joven digno y capaz tenga la oportunidad de ir al campo misional…
“El presidente Kimball hizo la siguiente declaración en cuanto al servicio de las jovencitas: ‘Muchas jóvenes desean ir a una misión de tiempo completo, y, por supuesto, son bienvenidas en el servicio del Señor. En esto, ellas no tienen la misma responsabilidad que los jóvenes élderes, pero serán abundantemente bendecidas por su abnegado servicio. El Señor está complacido con el deseo que tienen de llevar almas a Él’ “ (President Kimball Speaks Out, Salt Lake City: Deseret Book Co., 1981, pág. 30)” (“ ‘Mas los obreros [son] pocos’ “, Liahona, julio de 1992, pág. 27).
El presidente Howard W. Hunter dijo:
“En repetidas ocasiones, durante Su ministerio terrenal, nuestro Señor extendió un llamado que era una invitación y un desafío a la vez. Cristo les dijo a Pedro y a Andrés: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19). Estamos embarcados en la obra de salvar almas, de invitar a las personas a venir a Cristo, de llevarlas a las aguas del bautismo a fin de que continúen progresando por el sendero que conduce a la vida eterna. Este mundo necesita el Evangelio de Jesucristo. El Evangelio proporciona el único medio por el que el mundo puede llegar a lograr la paz. Como seguidores de Jesucristo, deseamos agrandar el círculo de amor y comprensión entre los pueblos de la tierra. Los profetas de tiempos pasados han enseñado que todos los jóvenes sanos, capaces y dignos deben cumplir una misión regular. Hoy día vuelvo a recalcar la importancia de que lo hagan. Asimismo, tenemos gran necesidad de matrimonios capaces y maduros que presten servicio en el campo misional. Jesús les dijo a Sus discípulos: ‘La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies’ (Lucas 10:2)” (“Sigamos al Hijo de Dios”, Liahona, enero de 1995, pág. 101).
El presidente Gordon B. Hinckley dijo:
“En seguida quisiera decir algo a los obispos y a los presidentes de estaca con respecto al servicio misional. Se trata de un asunto delicado. Parece estar creciendo en la Iglesia la idea de que todas las mujeres jóvenes al igual que todos los hombres jóvenes deben ir a la misión. Necesitamos a algunas jóvenes; ellas realizan un trabajo extraordinario y pueden llegar a los hogares a los que los élderes no pueden llegar…
“…Los miembros de la Primera Presidencia y del Consejo de los Doce estamos unidos al indicar a nuestras hermanas jóvenes que no tienen la obligación de ir al campo misional. Confío en que pueda decir lo que tengo que decir de tal manera que no sea insultante para nadie. Las mujeres jóvenes no deben pensar que tienen un deber comparable al de los hombres jóvenes. Algunas tendrán muchos deseos de ir a la misión. De ser así, deben consultar con su obispo y con sus padres. Si la idea persiste, el obispo sabrá lo que ha de hacer” (“Pensamientos sobre los templos, la retención de conversos y el servicio misional”, Liahona, enero de 1998, págs. 64–65).
2. Dios escribirá Su ley en el corazón de la gente.
• Según lo que está escrito en Jeremías 31:31–34, ¿qué prometió hacer el Señor en los últimos días?
El “nuevo pacto”
El élder Dallin H. Oaks explicó lo siguiente acerca del “nuevo pacto [convenio]”: “El ‘nuevo pacto’… era el convenio que se halla en el Libro de Mormón y en los ‘mandamientos anteriores’ [véase D. y C. 84:57]… Esos mandamientos anteriores deben de haber sido las revelaciones previas del Señor, las que contiene la Biblia (el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento) y las de tiempos modernos que ya se habían dado a los santos…
“El convenio que se describe en las Escrituras, hecho nuevo por su renovación y confirmación en los últimos días, se refiere a nuestra relación de convenio con Jesucristo, e incluye la plenitud del Evangelio…
“…El ‘nuevo pacto’ que se halla en el Libro de Mormón y los mandamientos anteriores son la promesa principal del Evangelio, afianzada en la expiación y la resurrección de Jesucristo, lo cual nos da la seguridad de ser inmortales y la oportunidad de alcanzar la vida eterna si nos arrepentimos de nuestros pecados y guardamos el convenio del Evangelio con nuestro Salvador. Por ese medio y a través de Su gracia, podemos ver realizarse la gran promesa de que “por la expiación de Cristo, todo el género humano puede salvarse, mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio’ (Artículos de Fe 1:3)” (“Another Testament of Jesus Christ”, charla fogonera del SEI, junio 6 de 1993, págs. 4–5).
Lean Ezequiel 11:17–20; Ezequiel 36:24–28; 2 Corintios 3:2–3. ¿Qué significa tener la ley de Dios escrita en el corazón? ¿Qué debemos hacer para que eso suceda?
• El tener la ley de Dios escrita en el corazón, ¿de qué modo afectará nuestra forma de conducirnos? Si lo cree conveniente, analice con la clase cómo nos ayuda eso a obedecer ciertos mandamientos, como por ejemplo:
- a. Amar a nuestro prójimo.
- b. Honrar a nuestros padres.
- c. Ser moralmente limpios.
- d. Santificar el día de reposo.
- e. Elegir películas, programas de televisión, libros y revistas apropiados.
- f. Vestirnos con modestia.
- g. Escuchar buena música.
• A José Smith se le preguntó una vez cómo podía dirigir con éxito a tanta gente, y él respondió: “Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos” (citado por el élder Richard G. Scott, en “El poder de los principios correctos”, Liahona, julio de 1993, pág. 40). ¿En qué se relacionan esas palabras con el hecho de tener la ley de Dios escrita en el corazón?
Conocer al Señor significa entender y guardar Sus leyes y ordenanzas y tener la compañía del Espíritu Santo. El profeta José Smith enseñó:
“Escudriñad las revelaciones que publicamos y pedid a vuestro Padre Celestial, en el nombre de su Hijo Jesucristo, que os manifieste la verdad; y si lo hacéis con el solo fin de glorificarlo, no dudando nada, El os responderá por el poder de su Santo Espíritu. Entonces podréis saber por vosotros mismos y no por otro. No tendréis entonces que depender del hombre para saber de Dios, ni habrá lugar para la especulación. No; porque cuando los hombres reciben su instrucción de Aquel que los hizo, saben cómo los salvará” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 7).
Aunque ahora podemos conocer a Dios, parece ser que el cumplimiento cabal de esos versículos ocurrirá durante el Milenio, cuando el Señor morará personalmente entre nosotros (véase D. y C. 84:96–100). El presidente Joseph Fielding Smith, refiriéndose a Jeremías 31:31–34, dijo:
“Para que esa profecía se cumpla, muchos miembros de la Iglesia tendrán que arrepentirse y ser más diligentes en el estudio de las Escrituras y en sus oraciones y en la obediencia a las leyes y los mandamientos del Evangelio. Si no lo hacen, quedarán separados de la presencia del Señor en ese gran día en que Él descenderá como Señor de señores y Rey de reyes para tomar Su lugar y sentarse en Su trono para reinar y gobernar” (en Conference Report, octubre de 1963, págs. 21–22).
• Jeremías profetizó que setenta años después que el pueblo de Judá fuera llevado cautivo a Babilonia volvería a su tierra y viviría nuevamente en armonía con Dios (Jeremías 29:10–14; el cumplimiento de esta profecía se analiza en la lección 47.) De acuerdo con lo que dice en Jeremías 29:12–14, ¿qué debemos hacer para acercarnos a Dios? Las palabras invocar, venir, orar y buscar, ¿qué indican con respecto a la actitud que debemos tener al esforzarnos por acercarnos a Dios? Pida a los miembros de la clase que cuenten experiencias que hayan tenido al tratar de acercarse más a Dios.
Conclusión
Exprese su testimonio de que vivimos en la época que Jeremías y muchos otros Profetas contemplaron con regocijo. Anime a los miembros de la clase a participar activamente en el recogimiento de Israel y a llevar la ley de Dios escrita en el corazón.