Hijas de Dios_Conexion SUD

Hijas de Dios

“Es maravilloso el poder que tienen las mujeres de fe”. Gordon B. Hinckley

Comience la clase presentándose, y luego pida a las hermanas que hagan lo mismo una por una, pero que piensen en un rasgo que posean que las haga diferentes entre sus familiares y amistades y lo mencionen al presentarse. Después de las presentaciones, pídales que piensen en sus propias relaciones (con parientes y amigos). Hágales notar que cada una tiene relaciones diferentes y que, por ser una persona única, también es única la contribución que haga a esas relaciones. A continuación, explíqueles que también todas tienen relaciones que son similares entre sí; por ejemplo, cada una de ellas es una hija, y tiene padres, abuelos, bisabuelos, etc.

Diga a la clase que, además de la relación que ellas puedan tener con su padre terrenal, todas tienen en común otra relación muy especial: la de hijas de nuestro Padre Celestial. Coloque a la vista el cartel con las palabras “Hija de Dios”.

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Para que las alumnas entiendan mejor que son literalmente hijas de su Padre Celestial, dígales que piensen en esa relación que tienen con El como hijas suyas mientras alguien lee las palabras del himno “Oh mi Padre”, con acompañamiento musical. (Resulta más eficaz presentado así, con el acompañamiento musical durante la lectura, pero también puede leerse sin música o cantarse.)

Refiriéndose a la letra del himno, hágales notar el amor que nuestro Padre Celestial tenía por nosotras en la vida preterrenal. El es el padre de nuestros espíritus; somos Sus hijas. El nos guió y nos enseñó, y nos conoce muy bien.

Pida a las hermanas que escriban en la pizarra una lista de mujeres justas de las Escrituras (por ejemplo, Rut, Ester, Eva, Jana, Emma Smith, etc.). Invítelas a escoger una mujer de la lista y a leer en cuanto a ella en las Escrituras (usando la Guía para el Estudio de las Escrituras). Anime a las hermanas a compartir las cualidades virtuosas que reconocen y admiran de esas mujeres y cómo esas cualidades podrían ayudarles a prepararse para ser esposas y madres rectas.

Las mujeres tienen un lugar elevado y sagrado en el plan eterno de Dios.

  • ¿Qué aprendemos del presidente Hinckley en cuanto a lo que el Padre Celestial siente por Sus hijas? (Véase la sección 1).

  • ¿Por qué es importante que comprendamos el “lugar elevado y sagrado” de la mujer en el plan eterno de Dios?

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Un viajero que pasaba por una cantera de piedra vio a tres hombres que allí trabajaban, y a los tres les preguntó qué hacían. La respuesta que cada uno de ellos le dio revela la perspectiva diferente que los tres tenían de la misma labor. El primero le contestó: “Estoy cortando piedras”. El segundo hombre le dijo: “Estoy ganándome tres monedas de oro por día”. El tercero sonrió y le respondió: “Estoy ayudando a edificar una casa de Dios”.

• ¿En qué forma afectaba el punto de vista de cada hombre la opinión que tenía de su trabajo?

• ¿Les parece que el tercero consideraría su trabajo más interesante y valioso que los otros dos? ¿Por qué?

Explique a la clase que la perspectiva en que contemplemos nuestra función divina de esposas y madres puede ser positiva o negativa. Algunas mujeres lo ven como una labor denigrante y pesada, pero esa función es realmente parte de una promesa solemne que hicimos antes de venir a la tierra, y también nos hace partícipes de las bendiciones que Dios nos tiene reservadas por ser Sus hijas.

El presidente Spencer W. Kimball enseñó lo siguiente:

“…hicimos votos, solemnes votos en los cielos, antes de venir a esta vida terrenal.

“Hemos hecho convenios, y los hicimos antes de aceptar nuestra posición en esta tierra…

“Le prometimos a nuestro Padre Celestial que, si El nos mandaba a este mundo, nos daba un cuerpo y ponía a nuestro alcance las invalorables oportunidades que ofrece la vida terrenal, llevaríamos una vida limpia, nos casaríamos en el santo templo y tendríamos hijos a los que enseñaríamos la rectitud. Y fue un juramento solemne el que hicimos, una solemne promesa” (“Be Ye Therefore Perfect”, discurso pronunciado en el Instituto de Religión de Salt Lake, 10 de enero de 1975, pág. 2).

• Antes de venir a la tierra, ¿qué funciones le prometimos a nuestro Padre Celestial que aceptaríamos aquí? (Que nos casaríamos y tendríamos hijos.)

El presidente Kimball también nos advirtió: “…no cometáis el error de ser arrastradas a efectuar tareas secundarias que os harán descuidar vuestros deberes eternos, como el de la maternidad y el de enseñar a los hijos espirituales de nuestro Padre Celestial” (“Vuestro papel como mujeres justas”, Liahona, enero de 1980, pág. 170).

El consejo que el Señor dio a Emma se aplica a todos.

  • ¿Qué aspectos del consejo del Señor a Emma Smith son especialmente útiles para nosotros? (Véase la sección 2). ¿Qué aprendemos de la sección 2 sobre ser fieles? ¿Qué aprendemos sobre ser una “dama elegida”? ¿Qué aprendemos sobre la manera de aplicar las Escrituras a nosotros mismos?
  • Muestre el video “Una dama elegida” para dar a los alumnos un resumen de la vida de Emma Smith y mostrar su fortaleza y determinación. Podría mostrar el video luego que los alumnos hayan estudiado y analizado Doctrina y Convenios 25:1–3. Antes de mostrar este video, invite a los alumnos a reflexionar en la influencia que han ejercido en su vida las damas “elegidas” que ellos conocen. También podría animarles a considerar cómo el consejo expresado en Doctrina y Convenios 25 debe haber traído consuelo a Emma Smith en las tribulaciones que ella experimentó.

  • Diga a las alumnas que lean en Doctrina y Convenios 25:5, 14, 16; estos versículos son los consejos que el Señor le dio a Emma Smith, esposa del Profeta. Explíqueles que el consejo de ser un consuelo para el marido con espíritu de mansedumbre se aplica a toda mujer.

  • Una mujer no debe nunca disminuir la enorme importancia de ser un consuelo y una ayuda para su marido, que tendrá la necesidad de recibir ese consuelo y aliento a fin de cumplir sus responsabilidades de cabeza de familia, y de líder o maestro en la Iglesia.

  • Cuando el presidente Spencer W. Kimball recibió el llamamiento de Apóstol, no sabía qué hacer ya que no se creía digno de esa responsabilidad tan grande. Más tarde, relató lo siguiente respecto a la forma en que su esposa lo fortaleció y lo alentó:

    “ ‘Cuando la Iglesia llama, se obedece’. Pero… la idea predominante que me cruzaba la mente tenía que ver con mis propias limitaciones, incapacidades y debilidades y me sentí acongojado. Entonces llegaron las lágrimas como un caudal interminable… lloré y lloré… con sollozos convulsos. Mi esposa estaba sentada en el suelo junto a mí, acaricián- dome el cabello, tratando de calmarme…

    “…Mi esposa fue mi salvación. Ella me consoló y me alentó y repetía que tan sólo había un camino que tomar…

    “…Volví a decirle a Camilla que no estaba seguro de lo que iba a hacer, a pesar de que bien sabía que sólo había una respuesta. Ella siguió alentándome e insistió que lo único que había que hacer era aceptar” (Edward L. Kimball y Andrew E. Kimball, hijo, Spencer W. Kimball, Salt Lake City: APAK Publishing Co., 1979, págs. 211–212).

  • Hágales notar que, después de eso, el presidente Kimball siguió adelante en su servicio y llegó a ser un gran Profeta del Señor.

    • ¿Por qué era importante para su marido la función de la hermana Kimball como esposa y ayuda idónea?

    Explíqueles que si tenemos la actitud apropiada con respecto a nuestra función de esposas y ayudantes del hombre, también nosotras influiremos para bien en la vida del que sea nuestro marido, sean cuales fueren sus responsabilidades. Jamás debemos subestimar la importancia de una mujer como esposa.

Las madres tienen el llamamiento sagrado de criar a sus hijos en la rectitud y la verdad.

  • ¿Cuáles son sus impresiones al leer el consejo que el presidente Hinckley da a las madres? (Véase la sección 3). ¿Cómo ha sido bendecido(a) por la influencia de una madre? Para los padres, ¿por qué “ninguna obligación es más vinculante” que criar a sus hijos “con amor, paz e integridad”?

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  • ¿Cómo podemos adquirir confianza al asumir nuestras responsabilidades del matrimonio y de la maternidad?
  • El presidente David O. McKay dijo: “La maternidad se aproxima a la divinidad. Es el más elevado, el más santo de los servicios que pueda prestar una mujer” (en “Conference Report”, oct. de 1942, págs. 12–13).

  • Esas palabras de un Profeta de Dios, ¿cómo fortalecen la perspectiva que tengamos de nuestra función?

    • El comprender palabras como ésas de los profetas del Señor, ¿de qué forma nos ayuda a evitar el concepto mundano que tienen algunas mujeres de que ser madre es una carga pesada y que nos quita nuestra libertad?

    Explique a las hermanas que la maternidad nos enseña a ser más abnegadas y más capaces de sacrificarnos.

    El presidente Spencer W. Kimball dijo:

    “Las jovencitas deben hacer planes y prepararse para el matrimonio, al igual que para traer hijos al mundo y criarlos; ése es vuestro derecho divino y el camino hacia la más grande y suprema felicidad” (“Privilegios y responsabilidades de la mujer de la Iglesia”, Liahona, febrero de 1979, pág. 142).

  • Una mujer joven, madre de dos niñas pequeñas, había caído gravemente enferma de cáncer. Poco antes de su muerte, su marido hizo arreglos en el hospital para que la llevaran a un lugar apartado del jardín, donde toda la familia pudiera comer el almuerzo como en un picnic. Era una actividad de la que muchas veces habían disfrutado antes de que ella enfermara. Los cuatro se sentaron a la sombra de un árbol grande y frondoso, comieron el almuerzo y se regocijaron con esos preciados momentos que pasaron juntos. Después, la madre escribió esto en su diario:

    “Siempre he oído que ‘lo más importante es tener salud’. Hoy me di cuenta de que eso no es cierto, pues yo tengo lo más importante y no tengo salud. ‘Lo más importante’ estaba sentado hoy bajo aquel árbol frondoso: mi marido y mis adorables hijas. Ninguna otra cosa tiene más importancia para mí. La función de esposa y madre me ha traído la felicidad y el gozo más grandes que he tenido en esta vida. Los paseos y todos los placeres del mundo quedarán atrás para siempre, pero a mi familia la tendré conmigo por toda la eternidad”.

  • • El concepto que esa joven madre tenía de su función como mujer, ¿en qué forma le ayudó a enfrentar la enfermedad y la muerte?

    • ¿Qué efecto puede tener el punto de vista de ustedes en sus hijas cuando crezcan, se casen y sean madres?

Las mujeres tienen grandes responsabilidades en la obra de salvación.

  • ¿Qué ejemplos ha visto de la “gran fortaleza y capacidad” de las mujeres de la Iglesia? (Véase la sección 4). ¿Cuáles son algunas formas en que las mujeres pueden ayudar a llevar a cabo “la inmortalidad y la vida eterna de todos los hijos e hijas de Dios”? ¿Por qué es importante que los hombres y las mujeres trabajen en conjunto para hacer avanzar la obra del Señor? ¿Cuáles son algunos ejemplos que ha visto de ello?
  • Con tantas opiniones contradictorias que hay en el mundo sobre la función de la mujer, ¿cómo podemos saber y seguir el plan de nuestro Padre Celestial para las mujeres?

La Sociedad de Socorro es una fuente de bendiciones incalculables.

  • Repase las bendiciones que provienen de la Sociedad de Socorro, según la descripción del presidente Hinckley en la sección 5. ¿Qué bendiciones ha recibido usted gracias a los esfuerzos de las hermanas de la Sociedad de Socorro, incluso de las que prestan servicio en las Mujeres Jóvenes y en la Primaria? ¿De qué manera puede fortalecer usted la Sociedad de Socorro de su barrio? ¿Cómo pueden las mujeres de la Sociedad de Socorro aumentar su influencia para bien?
  • Hermanas de la Sociedad de Socorro Hermanas de la Sociedad de Socorro Hermanas de la Sociedad de Socorro Hermanas de la Sociedad de Socorro Hermanas de la Sociedad de Socorro Hermanas de la Sociedad de Socorro

Elévense a la altura de la divinidad que llevan dentro.

  • Considere la exhortación del presidente Hinckley de “elevarse a la altura del gran potencial que llevan dentro” (sección 6).

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  • ¿Cómo podemos lograr una mejor visión de lo que Dios ve como nuestro potencial? ¿Cómo podemos progresar para alcanzar nuestro potencial? ¿En qué ocasiones ha visto el “maravilloso… poder que tienen las mujeres de fe”?
  • ¿Cómo le explicarían a un amigo o a una amiga el concepto de “potencial divino”?
  • ¿De qué manera nos ayuda a encontrar felicidad el tener conocimiento de nuestro potencial divino?
  • ¿En qué forma nos preparan las experiencias que tenemos en la tierra para alcanzar nuestro potencial divino en la vida venidera?

Sobre Conexión SUD

Cumplir con nuestro llamamiento sin descuidar nuestras otras miles de obligaciones es posible! Soy Rocio, mamá, diseñadora y blogger SUD. Bienvenidos a Conexión SUD!

Un comentario

  1. Hola!! El Capitulo 6,me podrían dar el enlace por favor,gracias

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