Objetivo: Hacer comprender a los miembros de la clase que la devoción del Salvador hacia Su pueblo no tiene paralelo y que Él tiene una gran obra para que ellos la realicen.
1. Isaías enseña que el Salvador es incomparable.
• Por medio de Isaías, el Señor hizo repetidamente determinada pregunta con diferentes palabras. ¿Qué pregunta o afirmación se hace en cada uno de los versículos siguientes?
• ¿Qué tienen de similar las preguntas anteriores? (Todas enseñan que el Salvador es más grande que cualquier persona o cosa con la que pudiéramos compararlo.) ¿Cómo contestarían ustedes esas preguntas? ¿Cómo se responden en el libro de Isaías? (Véanse los versículos que se indican a continuación, teniendo en cuenta que el Señor se dirigía a un pueblo idólatra que se hacía sus propios dioses con plata y oro.)
• ¿Por qué se repetirán esas preguntas y respuestas tantas veces en el libro de Isaías? ¿Por qué son importantes y qué aplicación tienen en nuestra época esas preguntas y respuestas?
2. Isaías describe los atributos incomparables del Salvador.
Lea el párrafo bajo el título “Lo que Él hizo por nosotros” en el discurso del élder Dallin H. Oaks “Las enseñanzas de Jesús”. Pregunte a los alumnos cómo creen que responderían si alguien les preguntase, como la mujer del discurso, “¿Qué ha hecho Él por mí?”.
Lo que Él hizo por nosotros
Hace muchos años en una conferencia de estaca, conocí a una mujer a quien se le había pedido que regresara a la Iglesia después de estar alejada por muchos años, pero ella no podía pensar en ningún motivo por el cual debería regresar. Para animarla, le dije: “Cuando considera todas las cosas que el Salvador ha hecho por nosotros, ¿no tiene muchas razones por las cuales volver a la Iglesia para adorarle y servirle?”. Me sorprendió su respuesta: “¿Qué ha hecho Él por mí?”. Para quienes no entienden lo que el Salvador ha hecho por nosotros, responderé esa pregunta con Sus propias palabras y con mi testimonio.
Pida a los miembros de la clase que lean Isaías 45:15-25, y, después de cada lectura, analicen las siguientes preguntas: ¿Qué atributo del Salvador se menciona en ese versículo? ¿De qué modo nos ayudará a aumentar la fe el saber que Él posee ese atributo? Si lo desea, vaya anotándolos en la pizarra.
1. Es el Mesías, el Salvador del mundo (Isaías 45:15).
2. El salvará a Israel con una salvación eterna (Isaías 45:17).
3. Es el Creador (Isaías 45:18).
4. Es justo y poderoso para salvar (Isaías 45:21).
5. No hay otro nombre dado mediante el cual el hombre pueda ser salvo (Isaías 45:21-22).
6. Sus palabras son verdad y justicia (Isaías 45:23).
7. Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Cristo (Isaías 45:23; comparar con Romanos 14:11; véase también Smith, Doctrina de salvación, 2:19).
8. Es el mediador para toda la simiente de Israel (Isaías 45:24).
Luego de analizar el testimonio de Isaías vean el video «El Vive» y pregúnteles cómo se sienten cuando escuchan o leen los testimonios de los testigos especiales del Salvador. Pregúnteles cómo el testimonio que tienen de Cristo influye en sus acciones diarias.
Pida a los alumnos que reflexionen sobre la vida y enseñanzas del Salvador al escuchar un himno acerca de Jesucristo, tal como “¡Grande eres tú!” (Himnos, Nº 41) Invite a cada uno de ellos a escribir su respuesta a la pregunta “¿Por qué es Jesucristo importante en mi vida?”.
3. El mundo (Babilonia) rivaliza con el Salvador para atraerse nuestra devoción.
El capítulo 47 de Isaías demuestra los extremos hasta donde Satanás ha llegado para lograr su mentira eterna. Desde el comienzo Lucifer dijo en su corazón: «Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo» (Isaías 14:13-14). Así como Sión es la hija espiritual del Señor Jesucristo, Babilonia es la inicua hija de Lucifer, el que cayó y llegó a ser Satanás, «el padre de todas las mentiras» (Moisés 4:4). El cuadro anterior muestra cómo la Babilonia de este mundo ha buscado asumir el dominio sobre los hijos de los hombres.
• En Isaías 47:8, 10, ¿qué afirma Babilonia (el mundo) que es lo mismo que declara el Salvador sobre Su persona? (“Yo soy, y fuera de mí no hay más”.) ¿Qué puede ofrecer el mundo que se compare con lo que ofrece el Salvador? ¿Por qué hay tanta gente que da su devoción al mundo en lugar de dedicarla al Salvador? ¿Qué podemos hacer para que los demás vean lo que ofrece el Salvador?
• En Isaías 48:17–18 se mencionan las grandes bendiciones que prometió el Señor a los que tratan de acercarse a Él en lugar de buscar las cosas del mundo. Al leer esas promesas, ¿qué sienten con respecto a seguir al Salvador de todo corazón?
«Salid… de Babilonia»
Aunque el mundo puede reclamar osadamente el poder y la grandeza, y en forma tan convincente que las multitudes hasta llegan a aceptarlo, no otorga los derechos que demanda. Para toda ofensa hay un castigo, y, ya sea que hablemos de la Babilonia real, o sea, de los gobiernos opresivos del mundo, que continuamente han oprimido a los hombres bajo fuerza dictatorial, o de la Babilonia espiritual, la que en forma igualmente literal esclaviza a sus discípulos, da lo mismo. Babilonia será destruida. Por lo tanto, el Señor, mediante sus profetas, advierte a su pueblo: «Salid… de Babilonia, de en medio de la iniquidad, que es la Babilonia espiritual» (D. y C. 133:14). Nótense las advertencias de Isaías: Babilonia será derribada hasta el polvo (véase Isaías 47:1); será condenada como esclava de su propia naturaleza inicua (véase Isaías 47:2-3); caerá de su sitial de privilegio entre los hombres (véase Isaías 47:5); se le negará todo lo que se jacta de tener: hijos (súbditos) y casamiento (lo que libraba a la mujer de la ignominia en el grupo social) (véase Isaías 47:9); sería destruida por medios que no conoce (véase Isaías 47:11); y sería quitada de la tierra como si fuera por fuego (véase Isaías 47:14).
En verdad, Isaías diría como dijo Alma: «La maldad nunca fue felicidad» (Alma 41:10).
Esperemos que las experiencias que usted tuvo al estudiar estos capítulos de Isaías hayan sido significativas, pues las palabras de Isaías fueron escritas para enseñar el gran principio de que la seguridad para los hijos de los hombres radica en seguir al Mesías, el Dios viviente de los cielos y de la tierra. Desde el punto de vista de la historia, es fácil que el hombre moderno diga: «¡Oh, esos israelitas insensatos! ¿Por qué no pudieron ver?» Pero en tanto que dice eso, él también es culpable de los mismos pecados de Babilonia, ciego a la destrucción que le espera a ella y a los que la sirven.
Ese es el mensaje de Isaías. Es tan importante para nosotros hoy día como lo fue para el antiguo Israel.
4. Isaías describe la misión del Israel de los últimos días.
• El capítulo 49 de Isaías contiene muchas profecías sobre la misión del Israel de los últimos días, las cuales nos hacen entender mejor la obra importante que el Señor tiene para cada uno de nosotros. Pida a los miembros de la clase que lean algunos de los versículos que se indican a continuación, y, después de cada lectura, analicen la siguiente pregunta: ¿Qué nos enseña lo que hemos leído sobre las responsabilidades que tenemos en estos últimos días? (Indique que muchas de las profecías se aplican tanto a la obra del Salvador como a la de Sus siervos, la casa de Israel [Isaías 49:3].)
a. Isaías 49:1, 5. “Jehová me llamó desde el vientre”. (Hemos sido llamados desde antes de nacer para llevar a cabo la obra del Señor en los últimos días; véase también Jeremías 1:5.)
b. Isaías 49:2. “Y puso mi boca como espada aguda”. (Esta imagen da a entender que hablemos fuertes palabras de verdad, o sea, las palabras del Señor; véase también D. y C. 6:2.)
c. Isaías 49:2. “Me cubrió con la sombra de su mano”. (El Señor nos ha protegido y nos ha preparado para nuestras grandes responsabilidades; véase también D. y C. 86:9.)
d. Isaías 49:2. “Me puso por saeta bruñida”. (Las flechas o saetas pulidas van directamente al blanco; el Señor nos ha pulido a nosotros a fin de que vayamos directa y exactamente dondequiera que Él nos mande.)
e. Isaías 49:6. “Para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra”. (El Señor ha pedido a Sus siervos que levanten y restauren el remanente de Israel y que sean una luz para los gentiles. De ese modo podremos llevar la salvación “hasta lo postrero de la tierra”; véase también D. y C. 86:8–11.)
Conclusión
Testifique que los escritos de Isaías pueden contribuir a aumentar nuestro amor por el Salvador y nuestra comprensión de la obra que Él quiere que llevemos a cabo. Si lo desea, pida a la clase o a un pequeño grupo de miembros de la clase que canten “¡Grande eres tú!” (Himnos, Nº 41)
Es para mi un privilegio encontrar ésta web donde puedo alimentar mi espíritu. ¡Yo sé que vive mi Señor! Y como dice el himno… «Consuelo es poder saber»