– Cuente el relato de que Adán fue el primer hombre sobre la tierra. Pida a un niño que lea Génesis 2:18 mientras que los niños prestan atención para descubrir lo que el Padre Celestial dijo (“No es bueno que el hombre esté solo”). Explique que creó a Eva, la cual se casaría con Adán. Pida a un niño que lea Génesis 3:20 mientras que los niños prestan atención para descubrir qué nombre le dio Adán a su esposa (Eva). Luego pida a un niño que lea Génesis 1:28 mientras que los niños prestan atención para descubrir lo que el Padre Celestial les mandó a Adán y a Eva que hicieran (“multiplicaos”, o sea, tener una familia). Explique que sin el matrimonio de Adán y Eva, el plan de Dios para Sus hijos de venir a la tierra no se hubiera llevado a cabo. Invite a varios niños a volver a contar el relato.
– Explique que el mandamiento del Padre Celestial de que un hombre y una mujer se casen y tengan una familia es tan importante en la actualidad como lo fue cuando Adán y Eva estaban sobre la tierra. Muestre láminas de familias y permita que los niños señalen al hombre, a la mujer y a los hijos.
– Escriba lo siguiente en la pizarra: “El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial en el plan de Dios”. Analice el significado de esta frase. Borre la frase de la pizarra. Diga las dos primeras palabras y pida a los niños que las repitan. Luego diga las cuatro primeras palabras y pida a los niños que las repitan. Continúe así hasta que los niños puedan repetir la frase completa.
– Invite a un niño mayor a que lea en voz alta las dos últimas oraciones del párrafo 3 de “La familia: Una proclamación para al mundo”. Coloque cada una de las siguientes palabras o frases en tiras de papel por separado: El templo es, un lugar sagrado, en donde, somos sellados. Colóquelas al azar en la pizarra. Pida a un niño que mueva una tira al lugar correcto. Repita este paso hasta que todas las palabras estén en orden. Canten la segunda estrofa de “Me encanta ver el templo” y pida que la mitad de los niños ponga atención a las dos cosas que hacemos en el templo (prometemos ser fiel al Padre, nos sellamos como familia) y que la otra mitad ponga atención a lo que podemos llegar a ser (una familia eterna). Ayude a los niños a comprender que el sellarse a su familia en el templo significa que pueden estar juntos para siempre.
– Muestre una lámina o fotografía de una pareja parada frente al templo vestida con su ropa de boda. Pregunte a los niños por qué nuestro Padre Celestial desea que nos casemos en el templo. Explique que cuando nos casamos en el templo, nuestra familia puede ser eterna.
– Invite a unos cuantos maestros, incluso a algunas parejas, a que compartan las bendiciones que han recibido gracias al templo y al matrimonio en el templo. Pida a los niños que presten atención mientras los maestros cuentan sus ideas a fin de descubrir algunas bendiciones específicas. Haga una lista de las bendiciones en la pizarra.
– Pida a unos cuantos niños que se pongan de pie y que compartan por qué les gustaría casarse en el templo y lo que pueden hacer desde ahora para prepararse para dicha bendición.
– “Juntos para siempre” (julio de 2011, Liahona) Una niña y su abuela visitan un programa de puertas abiertas del templo.
– “Un vestido de bodas y un plan” (abril de 2010, Liahona) Una niña decide que desea seguir el ejemplo de su hermana mayor al ir al templo.
