Somos hijas de nuestro Padre Celestial; Él nos ama y desea que nos acerquemos a Él. Nos ha dado la oportunidad de orarle a Él y nos ha prometido que escuchará y contestará nuestras oraciones. También podemos llegar a conocerlo al estudiar las Escrituras y las palabras de los profetas de los últimos días, así como al esforzarnos por llegar a ser más como Él al seguir Su plan.
- Piense en su relación con su Padre Celestial. ¿Cuándo se ha sentido más cerca de Él? ¿Qué estaba haciendo que le permitió sentirse más cerca de Él?
- ¿Cómo se sienten las jovencitas de su clase con respecto a sí mismas? ¿Cómo cree que el tener una relación estrecha con nuestro Padre Celestial podría fortalecer la autoestima de ellas? ¿Cómo puede ayudar a las jóvenes a fortalecer esa relación?
Escriba las siguientes preguntas en la pizarra: ¿Cuándo se han sentido más cerca de nuestro Padre Celestial? ¿Qué estaban haciendo que les permitió sentirse más cerca de Él? Pida a las jovencitas que escriban sus respuestas y las compartan si se sienten cómodas al respecto.
Escriba en la pizarra: “Nuestro Padre Celestial nos ama y desea que nos acerquemos a Él. Nos ha dado la oportunidad de orarle”. Pida a una jovencita que lea estas frases en voz alta e invite a la clase a compartir experiencias que hayan tenido con la oración. Muestre el video “La oración”. ¿Qué fue lo que más las conmovió del testimonio del presidente Monson? ¿Qué aprendieron acerca de la relación de la hermana Ogando con nuestro Padre Celestial? ¿Qué función desempeñó la oración en esa relación? Concédales unos minutos para reflexionar en su relación con nuestro Padre Celestial y en cómo pueden mejorarla.
– Muestre a las jovencitas unos cuantos guantes diferentes y señale que cada guante se ve diferente, tal como cada uno de nosotros nos vemos diferentes. Explique que sin importar cuán diferentes nos veamos, todos tenemos un espíritu dentro del cuerpo, el cual nos da vida. A fin de ilustrarlo, póngase un guante y mueva los dedos. Explique que el guante es como el cuerpo y que la mano es como el espíritu. Pida a las jovencitas que traten de identificar la respuesta a la pregunta “¿Quién es el Padre de mi espíritu?” a medida que lea las dos primeras oraciones de Malaquías 2:10. Escriba “Dios es el Padre de mi espíritu” en la pizarra. Pida a las jovencitas que lo lean junto con usted y explique que todos somos parte de una gran familia: la familia de Dios.
– Permita que cada jovencita tome su turno para verse en un espejo. Dígales que cada vez que se vean en el espejo deben recordar que están viendo a una hija de Dios.
– Muestre objetos que representen la oración, el Espíritu Santo y las palabras de los profetas (tales como un teléfono celular, una linterna y un mapa). Diga a las jóvenes que cada uno de esos objetos representa algo que nuestro Padre Celestial nos ha dado para ayudarnos a conocerlo mejor. Invítelas a sugerir lo que podrían representar esos objetos. Como clase, lean el discurso del élder Robert D. Hales “El procurar conocer a Dios, nuestro Padre Celestial, y a Su Hijo Jesucristo”. (Considere invitar a las jovencitas a leer este discurso antes de la clase). Invite a las jóvenes a buscar frases que les enseñen la manera en que la oración, el Espíritu Santo y las palabras de los profetas pueden ayudarlas a conocer a nuestro Padre Celestial. ¿Qué más encuentran en este discurso que las inspire a querer conocer mejor a nuestro Padre Celestial? Invítelas a compartir los sentimientos que tengan acerca de nuestro Padre Celestial.
Gracias por la ayuda tan valiosa que comparten este maravilloso sitio! Necesito descargar el manual Ven, sígueme 2015 y no lo encuentro. Me podrian ayudar con eso por favor? Que el Señor les siga inspirando con nuevas ideas
Hoa, me encantan sus ideas. Me sirven demasiado. Seria lindo que publiquen ideas para los nuevos comienzos que se acerca. Muchisimas gracias
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