«Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados, y no por la transgresión de Adán.»
Transgredir significa romper una ley o una regla. Cuando hacemos algo mal, transgredimos. Cuando Adán y Eva vivían en el Jardín del Edén, el Padre Celestial les ordenó que no comieran del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Adán y Eva fueron tentados por Satanás y comieron del fruto. Nuestro Padre Celestial echó a Adán y Eva del jardín porque se rebelaron.
A todos los hijos de nuestro Padre Celestial se les da el albedrío para elegir el bien o el mal. Él nos ha prometido bendiciones cuando elegimos lo correcto. Nuestro Padre Celestial quiere que regresemos a vivir con Él otra vez. Si tomamos malas decisiones, tenemos que arrepentirnos y hacerlo mejor. Pero el Padre Celestial no necesita que nos arrepintamos por las malas decisiones que otros toman. Somos responsables de nuestras propias acciones.